Te Cuento de Viajes

Habíamos pasado la noche a las afueras de Nanaimo. Desayunamos temprano en el Bed & Breakfast About the sea y nos pusimos en marcha rumbo a la otra costa. Hoy recorreríamos sin prisas el corazón de la isla, realizando algunas paradas. La primera de ellas en el Parque Provincial MacMillan, donde conoceríamos el viejo bosque de Cathedral Grove, el bosque lluvioso más al norte de América.

El principal atractivo de este Parque son sus árboles de más de 800 años y diez metros de diámetro, en el lado sur se puede disfrutar de unos gigantescos abetos de Douglas, y en el lado norte de unos cedros rojos centenarios…

En general, en el comienzo de los principales senderos suele haber siempre un panel con recomendaciones, información y normas. Luego durante el recorrido, casi todos los senderos tienen señalización vertical, algunos tienen paneles interpretativos y a veces hay algún tramo accesible a personas con movilidad reducida. Siempre suele haber una zona de parking cerca, donde es frecuente encontrar aseos y a veces áreas de picnic. Os dejo la web del Parque donde podéis descargar mapas en formato pdf.

Parte del Parque Provincial está atravesado por la Alberni Highway, y esta proximidad a la carretera, lo convierte en un parque muy accesible y concurrido. Por suerte era primera hora y aún no había ni muchas personas, ni demasiado tráfico, y pudimos disfrutar del majestuoso bosque con tranquilidad. Los días sin viento existe en los bosques canadienses un extraño silencio, casi sepulcral,… no se escuchan cantos de aves, ni ranas, ni insectos…nada… solo de vez en cuando, suena algún chillido de ardilla histérica, la llamada de las pikas, el crujir de ramas o el graznido de un cuervo.

En este bosque sacro para los nativos, la luz se filtra entre las hojas como si fueran una verde vidriera, los árboles recuerdan a robustas columnas, … la mucha penumbra, el mucho silencio, la simetría, las enormes dimensiones, el alto valor ecológico … quizás todo ello sirvió de inspiración para bautizar al lugar con el europeo nombre de Cathedral Grove.

Algunos troncos presentaban unas marcas que, según leí en algún panel, son evidencias de su primitivo y remoto uso por los primeros pobladores. Para ellos el cedro rojo era un árbol sagrado además de una versátil materia prima. Le llamaban el árbol de la vida y con él construían los tótems, canoas, obtenían cuerdas, fibras para tejer sombreros y capas resistentes al agua, tallaban utensilios, máscaras, elaboraban cestos…

A nuestro alrededor, además del sagrado cedro rojo y el omnipresente abeto de Douglas, vemos el arce de hojas grandes (maple bigleaf), cicuta, otros abetos desconocidos…

Nos asomamos al seco cauce del Cameron river y caminamos hasta el cercano Cameron lake donde pudimos jugar con los psicodélicos reflejos en sus aguas…

Muchos árboles eran verdaderos gigantes tapizados de un perenne musgo cuasi fosforito. Dice la ciencia que el color verde es el color que los humanos mejor diferenciamos,… allí nuestros ojos trabajaban procesando una infinita gama de verdes y los primeros tímidos amarillos del otoño.

Al parecer, en 1997, un fuerte temporal de viento arrasó parte del bosque y dejó inutilizado muchos senderos que no han vuelto a rehabilitar. La gestión forestal canadiense es similar a la norteamericana, ambos países son partidarios de dejar a la naturaleza actuar siempre que no haya vidas humanas en peligro. Los árboles caídos también tienen su función, dejan entrar más luz que favorece el rápido crecimiento de nueva vegetación más joven y sana, las raíces, ramas y troncos se convierten en vivienda para la fauna, en alimento, en abono…

Los senderos abiertos son Old growth, Big tree y Living forest. El comienzo de todos ellos se encuentran a cada lado de la carretera y son trails fáciles y cortitos. No hay desnivel, hay algunas pasarelas y un pequeño mirador desde donde observar la evolución del bosque tras el desastroso temporal.

Cuando terminamos de recorrer los senderos, regresamos al parking que a esas horas estaba completo, incluso había vehículos aparcados en los arcenes de la carretera. Leí por algún lado que ha habido protestas por el peligro que supone el alto número de peatones cruzando y los coches mal aparcados en plena Highway. Se han hecho algunas propuestas pero debido al impacto que produciría en el Parque los proyectos se encuentran parados. Pensé que sería por ser fin de semana, pero no, es un Parque pequeño y muy visitado y por ello recomiendo llegar tempranito o a alguna hora raruna de la tarde.

Retomamos la marcha, repostamos combustible, hicimos algunas fotos on the road … Y casi sin darnos cuenta llegamos a Sproat lake, un lago recreativo entre tres Parques Provinciales,  Taylor Arm, Fossli y Sproat lake . Nos asomamos a su orilla y el lugar tenía ambiente de fin de semana, familias, niños, chapuzones, colchonetas,…

Pero había sitio para todos, hacía calor, rondaríamos los treinta grados… y se nos acabó apeteciendo un baño. Y con estas vistas disfrutamos de un chapuzón en el agua, fresquita y reponedora. Un placer 😉 no todos los días se baña una en un valle frente al nevado Klitsa Mountain.

Estábamos tan a gusto en aquella mini playa, que decidimos quedarnos un rato más y comernos nuestro picnic en la orilla. Al parecer el lago tiene 25km de longitud y su nombre original era Kleekoot, que significa “abierto de par en par”, posteriormente, fue rebautizado en honor del empresario y escritor, Gilbert Malcolm Sproat.

Fresquitos, retomamos la marcha rumbo a la cuenca del Pacífico. Dejamos atrás la localidad de Port Alberni, y comenzamos a conducir por la Pacific Rim Highway, una carretera escénica entre abetos, a ratos acompañados de las aguas transparentes del Kennedy river, de sus pozas, vistas panorámicas, …

Hicimos una breve parada en el centro de información, dejamos atrás el enorme y recreativo Kennedy lake y llegamos a Ucluelet, la localidad que habíamos elegido como base por tener precios más interesantes que la cercana y cara Tofino.

Fuimos directos al alojamiento para presentarnos y ubicarnos. Este B&B se llamaba The moon and Sixpence. Sin duda fue el alojamiento del que guardamos mejores recuerdos, el más especial de todos, tanto, que le escribiré un post a parte 😉

Allí en la luna, pasaríamos un par de días. Dejamos el equipaje y nos ponemos en marcha para aprovechar la tarde recorriendo alguno de los senderos del Pacific Rim National Park .

Comenzamos por los más cercanos a la localidad de Ucluelet. Son senderos sencillos, entre frondosas arboledas y paralelos al mar. Como os comentaba, al inicio del trail hay una descripción del mismo y una serie de recomendaciones, precauciones y normas. Los carteles que avisan de los peligros con la fauna pueden parecer algo exagerados, pero nos contaron que recientemente había habido problemas con los lobos y los perros, al parecer se han producido algunos ataques cuando los sacan a pasear por los senderos o incluso en algunas playas.

Empezamos por el Wild Pacific Trail. Este sendero se divide en tres secciones: Lighthouse Loop (2,5km), Big Beach Section y Brown’s Beach (8km) y Ancient Cedars Section (7-8km loop). Comenzamos por el sencillo sendero del sosete faro de Amphitrite. Por el camino encontramos bancos donde sentarse a disfrutar de las bonitas vistas de Barkley Sound, o buscar o ballenas, ver los barcos pasar, los botes pescar, alguna gaviota…

Hay que abrir muy bien los ojos cuando se camina por estos senderos costeros pues de marzo a octubre es la temporada de ballenas. La zona está considerada como uno de los mejores lugares del mundo para el avistamiento de cetáceos. Algunas especies como las yubartas y las ballenas grises vienen realizando largas migraciones desde Baja California, otras, como las orcas, son especies residentes y se desplazan en busca de los salmones.

Al principio de temporada, en Tofino y en Ucluelet, se celebra The Whale Festival y en ambas localidades son muchas las empresas que ofrecen tours de avistamientos. Os dejo aquí una con buenas referencias.

Nosotros por el sendero no vimos ni los osos, ni los lobos, ni ballenas… Pero vimos un joven deer caminando entre las piedras de la orilla, escuchamos la curiosa boya antiniebla y casi volamos con una repentina ráfaga de viento a los pies del faro.

El sol comenzaba a caer, y nosotros buscamos otro sendero orientado a poniente para disfrutar de la puesta. Por proximidad elegimos Brown beach.

Y allí, sentados en las piedras de un acantilado, con el Pacífico a nuestros pies, disfrutamos del atardecer y acabamos nuestro día…

Continua …. aquí

Para leer la etapa anterior THE WILD WET WEST CANADA Etapa II: Vancouver Island, Canadá. Paseando por Victoria y Duncan

Para leer la primera etapa del viaje THE WILD WET WEST CANADA Etapa I: La llegada. De Vancouver a Victoria (Vancouver Island, British Columbia).

Para leer sobre los preparativos Preparativos para viajar a la costa Oeste de Canadá. (Septiembre 2017)

Para leer sobre la elección del destino THE WILD WET WEST CANADA.  Eligiendo destino ¿Nos vamos a Canadá?