Los viajes y las persianas : ¿Miedo a la luz?

La primera vez que llamó mi atención el mundo de las persianas fue allá por 2002 visitando Noruega.

Las ventanas de las bajas casas de madera dan a la calle, y los noruegos exponen su vida cotidiana como si estuvieran en un escaparate o en un urbano portal de Belén. Los miraba y no pensaba en el pudor, pensaba más bien en biorritmos, ciclos circadianos, melatoninas, en las adaptaciones al medio… pensaba en dormir allí todo el verano entrando luz 24h por la ventana… y en la venta de prácticos antifaces…

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Supuse que en aquella latitud, al reinar la oscuridad durante meses y al haber muchos días nublados,… los escasos rayos de luz se convierten en auténticos tesoros y lo mejor es aprovecharlos. Apenas vi cortinas, no había venecianas como en algunos lugares de Centroeuropa…nada de persianas, ni contraventanas…¡¡que entre la luz!!

Si eres una persona de sueño delicado, tiendes al insomnio, … no olvides cuando viajes llevar, por si acaso, un antifaz o un pañuelo que te haga el apaño… a veces puede molestar una inoportuna farola, otras…la luz eterna del sol de media noche.

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Sin embargo, a los nórdicos, a los holandeses,… les llama mucho la atención el abuso de persianas en España, algunos llegan a decir que parece que tenemos miedo a la luz y que estamos obsesionados con ellas. Creen que son un legado de las celosías de Al-Andalus, y muchos piensan que tenemos algo que ocultar o esconder, que aquí hay mucho decoro, y que existe una especie de doble moral al vivir de forma diferente de puertas para afuera y puertas para adentro.

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La realidad es que su origen, más que con Al-Andalus, tiene que ver con la luminosa Persia, de hecho la palabra Persia-na ☺ ya da pistas, y dice la Historia que llegaron a Europa en el siglo XVIII. La primera se instaló en Londres.

Creo que nuestra supuesta adicción a las persianas, más que con legados, pudores o intimidades, está relacionado con el clima y con las muchas horas de sol.

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Aquí en España usamos persianas, contraventanas, cortinas, incluso visillos…y rejas. Sospecho que además del clima y las horas de sol, también la seguridad y el miedo a los actos vandálicos, a robos… pueden modificar de alguna forma la arquitectura y el paisaje urbano de nuestros barrios y ciudades.


18 respuestas a “Los viajes y las persianas : ¿Miedo a la luz?

  1. Yo soy hipersensible a la luz y necesito dormir completamente a oscuras, por eso llevo siempre mi antifaz. Antes no era así, por lo que tengo la teoría que con los años me ha adelgazado el párpado…nadie me cree 😂😂 me ha gustado tu entrada.

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    1. A mí me pasa lo mismo. La luz es un despertador infalible e implacable. El menor atisbo de ella me hace abrir los ojos como platos y el antifaz me resulta incómodo y agobiante. Ante esto solo queda o dormir a ritmo de oscuridad solar o cerrar el dormitorio a cal y canto 😎 no queda otra.
      Un saludo.

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      1. Es que los humanos estamos muy bien diseñados 😉 y los ritmos circadianos mandan 😀 la culpa va a ser de la melatonina. Por suerte en este buen diseño también está nuestra capacidad de adaptación 😉 y los cortinones y persianas o incluso el brazo 😀 yo soy muy de brazo 😀 jajaja

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  2. Pues mira por dónde, nunca había reparado en el origen de la palabra persiana. Ya he aprendido una cosa más.
    A mí también me llamó la atención los grandes ventanales sin cortinas en Suecia, país que he visitado con frecuencia, pero enseguida lo achaqué a su deseo de que el sol, ese bien tan escaso durante gran parte del año en aquella latitud, entrara a raudales en sus hogares. Uno siempre desea lo que no tiene, jeje. En España tenemos suficiente luz solar como para prescindir de ella y cubrirnos bajo o detrás de una cortina o persiana, y dejar pasar el fresco. Claro que también sirve para espiar, sin ser vistos, jajaja.
    Una entrada muy interesante, como siempre.
    Un abrazo.
    P.D.- He deducido (avispado que es uno) que tienes programada la publicación de tus entradas, a una por semana, y salen solas a la luz. De ahí que no respondas a los comentarios, que deben irse acumulando, jeje.

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    1. Así es compañero de teclas, parece que siempre se quiere lo que no se tiene 😉 y que tendemos a adaptarnos al medio (aunque a veces nos empeñemos en adaptar el medio a nosotros). Lo del espionaje no me lo había planteado jejeje 😉 se ve que soy curiosa pero mala espía jajaja 😀 Me alegra que te haya parecido interesante la entrada luminosa 😉 mil gracias por estar cerquita incluso cuando yo ando lejitos 😉 Un abrazo

      P.D.: Así es compañero avispado 😉 hice los blog-deberes y dejé las entradas programadas antes del viaje a Australia, y como te comentaba en otra P.D., los comentarios me gusta responderlos desde la tranquilidad, sin prisas viajeras 😉

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  3. Ay maifrén… Qué complicada la vida ventanera. Es muy llamativo todo esto que nos cuentas cuando viajas por lugares algo más al norte. Creo que el clima y la cultura son los factores que juegan el papel más importante. De eso no me queda la menor duda.

    Cuando estudiábamos en la escuela de Arquitectura el urbanismo de las ciudades clásicas y las comparábamos con las de las árabes, lo más llamativo de las segundas era lo cerradas que eran al exterior. Aunque por el mediterráneo tenemos una enorme herencia árabe, nuestras casas evolucionaron de otra manera porque nuestras tradiciones eran sensiblemente diferentes.

    Todo viene dado por nuestras maneras de vivir y relacionarnos. Los nórdicos están ávidos de luz, eso es cierto u a nosotros nos sobra en determinadas épocas del año. Ellos son más exhibicionistas y nosotros más celosos de nuestra intimidad y, como no, eso se ve reflejado en las casas en las que vivimos… no podía ser de otra manera.

    Un besote 🙂

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    1. Tu de ventanas sabes mogollón maifrén 😉 aprendí mucho con tu interesante post sobre ellas, lo he rebuscado y con tu permiso lo dejo por aquí por si alguien quiere ampliar y asomarse a tus ventanas 🙂 https://arquitectizada.wordpress.com/2019/04/03/ventanas-i-enmarcando-el-paisaje-con-arquitectura/
      Sin duda al ser humano se nos da bien adaptarnos al medio… aunque a veces nos empeñemos en demasía en adaptar el medio a nosotros.
      Mil gracias por sumar compañera de teclas 🙂 Un abrazo enorme y besitos con sabor a jetlag 😉

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      1. Ainsss… un millón de gracias maifrén. Tengo que continuar la serie ventanera. A ver si me animo. Ese solo fue uno de los muchos aspectos que tienen las ventanas. Tú nos has traído sus orígenes persianeros.

        Me alegra que estés de vuelta. Un besote tras la persiana.

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  4. Muy buen post, yo vivo con mi mujer desde hace años en Noruega, y al principio también me llamó mucho la atención la ausencia de persianas. Con el tiempo me he acostumbrado y, al final he llegado a la conclusión de que a veces no es tan importante, me refiero a ocultarse. Evidentemente que se tapa en algunos lugares de la casa jajaja pero a quien le interesa observar a alguien cómo mira la tele o cocina? 🙂 y si a alguien le interesa, pues muy bien, no tiene nada de malo.

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    1. Hola Pablo 🙂 muchas gracias por sumar tu experiencia en primera persona 🙂 me alegra que te haya gustado el post y que te hayas acostumbrado a las luces noruegas 🙂 …y al ‘exhibicionismo’ jejeje 😉
      😀 jajaja sí mejor tapar algunos lugares 😀 para que no pase de inofensivo ‘Portal de Belén’ a ‘la ventana indiscreta’ jajaja 😀 Un saludo y gracias por pasar por aquí.

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    1. Hola Álvaro 🙂 me alegra que te haya parecido interesante. Así es, tenemos las persianas taaaaan integradas, que no nos lo planteamos y cuando viajamos nos suele sorprender… y a veces molestar.
      Muchas gracias por pasar por aquí 🙂 Un saludo!

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