El gran viaje del baobab

El gran viaje del baobab

Conocí al baobab entre las páginas de El Principito, yo rondaría los diez años, y desde entonces soñé con conocer aquel árbol raruno y exótico que aparecía ilustrado en el libro.

Pronto aprendí que es un árbol originario de África, y que allí es todo un emblema, es el árbol rey de la sabana, para ellos es símbolo de resistencia, tolerancia, vida comunitaria y longevidad. Forma parte de la cultura, aparece en banderas, en sellos,… y sin duda es un árbol mágico, plagado de historias y leyendas.

El primer baobab que vi fue en el africano archipiélago de Cabo Verde, un baobab rechoncho y abanderado por el viento que vive en la orilla de una seca ribera. Era mi vecino, lo vi desnudo, vestido con verdes hojas y blancos floripondios, con su fruto que recuerda a un aterciopelado calabacín, … me senté en su sombra, acaricié sus nudos,…

Su tronco es muy especial, es poroso como una esponja y capaz de retener miles de litros de agua, hasta 120.000 l. Pueden llegar a medir 25m de altura, y alcanzar los 40m de diámetro.

Al parecer la palabra baobab tiene origen árabe, proviene de buhibab, que significa algo así como ‘padre de muchas semillas’, su alargado fruto comestible tiene mogollón de semillas capaces de vivir más de cinco años.

En África lo llaman de muchas maneras, lo conocen como el árbol del pan o del pan de mono, calabaceira, árbol del revés,… el árbol botella, cisterna, el de los espíritus, el de los deseos…

También le llaman el árbol de la vida, porque a su alrededor se asentaban poblados, en busca de sombra, alimento, materias primas… y agua.

Del árbol obtenían el líquido vital, comida de sus super frutos cargados de vitamina C, verdura, aceite, medicinas,… fibras para tejer, pegamento de sus flores, cosméticos, tintes,… madera para hacer cuencos sagrados,… una bebida similar al café, otra similar a la cerveza,… Tiene más de 300 usos, un árbol aportaba a una pequeña comunidad todo lo necesario para la vida.

Quizás por ello todas las religiones lo consideran un árbol sagrado y protector…. Bajo él se reza, se han celebrado funerales y misas, se piden deseos,…  para ellos es un árbol con personalidad propia.

Suelen estar muy relacionados con los espíritus, con la salud y la fertilidad, es frecuente encontrar ofrendas a sus pies para pedir por buenas cosechas, fortuna, matrimonio,… es habitual bañar a los niños con un trozo de corteza en el agua, o embadurnar a los bebes con polvo de corteza y jabón para protegerlos de enfermedades.  

Son árboles especialmente longevos, pueden llegar a vivir miles de años, se calcula que algunos pueden tener más de 4000.

Cuenta la leyenda que el primer árbol creado en la Tierra fue el baobab, al parecer resultó ser un poco presumido, envidioso y arrogante, y un Dios lo castigó dándole la vuelta, de forma que las ramas quedan enterradas y lo que se ve son las raíces.

Existen muchas variaciones de esta leyenda, algunos dicen que quien lo plantó boca abajo fue un Demonio en lugar de un Dios, otros que fue un cazador enfadado, hay quien cree que fue una hiena pensando que así germinarían las semillas… Todas son versiones muy parecidas.  

Por supuesto es un árbol que también está rodeado de mitos y supersticiones, los bosquimanos creen que si le arrancas una flor morirás devorado por un león, otros creen que si bebes agua donde se han remojado semillas quedarás protegido del ataque de los cocodrilos,… y si tomas una infusión de las flores donde habitan los espíritus te convertirás en un hombre poderoso.

Hay varios lugares del mundo donde poder conocer a este Don árbol, además de la isla de Madagascar, cuna de los baobabs, también puedes encontrarlos en Cabo Verde, Senegal, en Namibia, Tanzania, Mozambique, Botsuana, Zimbabue… Zambia, Mauritania, Gambia, Ruanda

Y también en mi querida Sudáfrica hay varios baobabs interesantes, el ejemplar más robusto del mundo se encontraba allí, a las afueras de Hoedspruit, se llama Glencoe, su tronco mide 47m de diámetro y estiman que ronda los 2000 años. Fue el más grande hasta 2009 cuando se partió por la mitad.

La mayor concentración de baobabs se localiza en la Reserva Natural Musina, y por el resto del país se encuentran otros emblemáticos con nombre propio como el enorme Sagole en la provincia de Limpopo, y el famoso Sunland, en Modjajiskloof, en cuyo tronco hueco se instaló un bar llamado The Baobar.

Nosotros en Sudáfrica conocemos un par de baobabs que viven en el Parque Nacional Kruger, uno de ellos presume de ser el baobab más al Sur del continente africano.

Lo que yo no sabía es que hay 7 especies de baobabs en África y 1 especie en Australia. En las antípodas le llaman boab, una deformación y juego de palabras que viene a significar algo así como ‘teta’. También le llaman árbol botella,… o rata muerta, porque dicen que el fruto pocho con su largo tallo puede parecer un roedor colgando por la cola…

En Australia pueden verse solo en la región de Kimberley y en la zona oriental del Territorio Norte.

Es una especie emparentada con la africana, pero más pequeña y frágil, alcanza una altura media de 10m. Nadie sabe ni cuándo ni cómo llegó hasta allí. Se supone que las semillas alcanzaron la costa flotando, y que probablemente fueron los aborígenes quienes más contribuyeron a su dispersión.

Ellos también conocían sus múltiples usos y lo asociaban con la magia y las leyendas. Era considerado un espíritu sagrado, allí depositaban los huesos blanqueados de difuntos, quemaban placentas a su sombra para que los bebes crecieran fuertes y nunca pasaran sed…

Le llaman larrgadiy, gadawon, jumulu… Aparece en el arte rupestre y en las ancestrales ‘historias de los sueños’, donde curiosamente, también en esta latitud, se le consideró demasiado orgulloso y arrogante… y se le castigó plantándolo del revés. 

Diría que son tres los ejemplares de baobabs más famosos de Australia. Dos de ellos, al parecer, fueron usados a finales del siglo XIX como celdas para alojar por una noche a unos aborígenes detenidos. Son el baobab de Derby y el Hillgrove Lockup o Wyndham Prison Tree. Hay quien dice que ninguno de los dos árboles huecos fueron utilizados como prisión, otros opinan que solo uno fue usado y que la leyenda se extendió.

Fuera como fuera, ambos árboles se han convertido en atracciones turísticas señalizadas, con entrada en la Wikipedia, están protegidos por vallas y declarados lugares patrimoniales de Western Australia.

Nosotros en nuestro molón roadtrip por el país no visitamos la región de Kimberley, pero sí conocimos al tercer curioso baobab australiano. Tiene nombre propio, se llama Gija Jumulu, y esconde una pequeña historia basada en hechos reales.

El nombre de esta especie australiana es Adansonia gregorii

En el Norte del país se construiría una carretera que pasaría junto a un imponente baobab, y la comunidad aborigen local Gija, decidió regalarlo al pueblo de Western Australia. Le llamaron Gija Jumulu, baobab Gija, le despidieron con cariño y con el humo blanco purificador de una hoguera.

Se comenzó a buscar la mejor casa para Gija Jumulu, y la encontraron en el sur del país, en Perth,… la única pega… era que estaba a 3200km de Warmun su hogar natal en Kimberley. Llegar a Perth supondría hacer el viaje más largo de la historia para un árbol de este porte y características.

Los australianos no se desanimaron, estudiaron la situación durante más de 4 meses y, con la ayuda de patrocinadores, consiguieron financiar y trasladar las 37 toneladas y los 750 años de Gija Jumulu. Usaron un mega remolque, apoyo policial y aéreo,… cortaron calles,… la gente salía a saludar al baobab viajero,…

Tardaron 4 días en desenterrarlo y acomodarlo en el roadtrain, y 6 días en cubrir la enorme distancia. Llegó a Perth el 19 de julio de 2008,  el 20 de julio se plantó, y 3000 personas le dieron la bienvenida con una blanca y simbólica hoguera.

En el largo traslado sufrió algunos daños leves en un lado del tronco, pero fue cuidado, en un par de años mejoró y en 2016 fue declarado sano.

Vive en el enorme parque y jardín botánico de Kings Park, hoy contempla desde el mirador el estuario del río Swan y la ciudad de Perth, es el niño bonito y mimado… y un pequeño panel cuenta su viaje, su historia… sus raíces.

El árbol del revés, el árbol revoleado por dioses o demonios, …el que el Dr. Livingston dijo que parecía una enorme zanahoria,… es sin duda uno de los árboles más emblemáticos, un árbol de récord, y quizás el más mágico y legendario del mundo.

Me molan mucho los baobabs 🙂 ¿y a ti? ¿ te has cruzado con alguno? ¿lo conocías?…


13 respuestas a “El gran viaje del baobab

  1. Al hilo de lo hablamos en Instagram, pues sí que me has dado muchos datos nuevos. Hay cosas muy curiosas y me ha encantado el viaje de ese baobab llamado Gija Jumulu por media Australia. Lo de los baobabs prisión me ha dejado alucinada. Lo que da de sí un árbol tan llamativo… no me extraña que a Diébédo Francis Kéré le inspirara su diseño para Coachella 2019. Ya que forman parte importante de la vida social africana y ahora, gracias a ti, ya sé que ha sido un árbol viajero en todos los sentidos. Genial. como siempre, maifrén. 😉 🙂

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    1. Me alegra haberte contado cositas nuevas maifrén 🙂 es un árbol muy especial repleto de curiosidades, usos, incluso misterios… 🙂 estamos rodeados de misterios cotidianos 😉 Seguro que su mucha historia y simbología sirvió de inspiración para la construcción del baobab de Coachella 2019 🙂 lo dejo por aquí por si a alguien le apetece asomarse a tu-su sombra 🙂 https://arquitectizada.blogspot.com/2019/06/coachella-2019-arquitectura-reutilizable-mestizaje.html
      Para mi también fue toda una sorpresa conocer al baobab viajero Gija Jumulu 🙂 desconocía por completo que también habitaban en las antípodas.

      Quizás todos tenemos pedacitos de baobab en nuestro ADN, en nuestras viejunas, ancestrales y africanas raíces 🙂 y por eso nos gusta hasta como suena 😉
      Gracias por estar cerquita linda MJ, un abrazo grande como el tronco de un baobab 😀

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  2. Hola Cris.
    Vaya reportaje que nos has brindado más maravilloso. Al igual que a muchas personas siempre me ha llamado la atención este árbol en si mismo tan raro, pero no conocía tantos datos.
    Yo al igual que tu pude admirarlos en Sudáfrica y de hecho le hice varias fotos que si puedo te mandaré por instagram.
    Como me ha picado la curiosidad he querido informarme más sobre ellos y debo contarte una noticia que no se si sera verdad, ya sabes que nunca se sabe a ciencia cierta lo que lees pero desde 2014 han caído y muerto varios de ellos que eran muy grandes y por descontado muy antiguos, según he leído el cambio climático también esta afectándolos.
    Un besote compi

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    1. ¡¡Hola Jose!! que alegría leerte y despertarte esa curiosidad 😀 me mola mucho que te haya gustado el posts. Mientras me documentaba me crucé con esa noticia de la muerte de varios baobabs desde 2014… tampoco sé si será verdad… pero no me extrañaría.
      😀 Me encantará ver esos baobabs sudafricanos, seguro que me traen Kruger-recuerdos 🙂
      Es curiosa la fascinación que a muchos nos despierta este árbol algo amorfo,… quizás como le comentaba a la compañera MJ todos llevamos pedacitos de baobab en nuestras ancestrales raíces africanas 😉 en nuestro ADN bosquimano.
      Muchas gracias por pasear conmigo entre baobabs 🙂 Dos abrazos grandes a repartir.

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  3. Se puede decir que te has sacado un máster sobre el baobab, ja,ja,ja.
    Yo conocí a este arbol tan singular al leer una novela preciosa titulada «El fruto del baobab», de Maite Carranza. Va del choque cultural entre una familia venida de Gambia y una médica pediatra que lucha para que la hija pequeña del matrimonio no sea sometida a la mutilación genital.
    Y del árbol, sabía que la bondad de sus frutos, que dicen que no solo alimentan que da gusto, sino que además tienen un sabor delicioso. No sé si lo habrás podido comprobar.
    Un abrazo.

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    1. 😀 jajaja ¡que va! yo solo estoy en ‘primero de baobab’ 😉 ni si quiera he probado su super-fruto 🙂 sé que el interior es blanco, dicen que es algo harinosa su textura y que sabe un poco ácido, algunos opinan que su sabor recuerda a la ‘source cream’ 🙂
      Pues no conocía esa novela, tomo nota mental 🙂 si tu dices que es preciosa, me la apunto en ‘libros pendientes’ 🙂
      Gracias por sumar y por la compañía querido Josep, te mando un abrazo grande… hoy pasado por agua.

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  4. Qué curiosa historia. Nosotros los hemos visto en África y este verano tenía pensado ver los de Australia… Leyendo sobre Kimberley me enteré de que allí también los había, y hasta tenía apuntado un camping para dormir que por lo visto tiene muy buenos ejemplares. Pero no va a poder ser, lo dejaremos para el año que viene.
    Como siempre, me encantan los dibujos!!
    Un abrazo 🙂

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    1. Que conste en actas mi Kiwifriend que me he acordado mucho de ti escribiendo este post 🙂 te imaginaba por allí danzando este verano, conduciendo por la remota Kimberley… 😦 pero la vida ha cambiado en un pestañeo.
      El año que viene seguro que duermes bajo las estrellas y entre baobabs 🙂 y entonces…espero que tu te acuerdes un poquito de mi 😉
      Me alegra que te haya molado 🙂 gracias por pasear conmigo. ¡Un abrazo grande!

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  5. Ya me gustaria… Lo mas cerca de uno que he estado es la replica del zoo de Fuengirola con sus lemures…. Un sucedáneo sin duda…. Pero una secuoya, un buen castaño centenario, etc…. Son arboles magicos

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    1. Bueno… el ‘árbol del Mora’ también tiene su historia y su mucho punto 😉 eso de vivir casi a la orilla de la gaditana Caleta es un lujo 😉 Coincido contigo en la magia de los árboles :)… ficus, olivos, hayas, robles…. molan todos. Un abrazo arbóreo 🙂

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