Te Cuento de Viajes

Fue en un Bed & Breakfast canadiense, rodeada de Montañas Rocosas, donde encontré un libro que llamó mi atención. Se titulaba Wild West Women; Travelleres, adventures and rebels, y RoseMary Neering era su autora. Lo tomé prestado de la estantería y leí un poco sobre las diferentes mujeres que llegaron a esta tierra y que construyeron el país; desde exploradoras, a pilotas, a mineras, músicas, propietarias de hoteles,… escaladoras… prostitutas… enfermeras…

Yo he decidido hacer mi pequeño homenaje a un par de mujeres del siglo XXI de la aún salvaje Canadá. Mujeres a las que allí tuve la suerte de conocer, que se cruzaron fugazmente en mi camino y a las que doy las gracias por dejarme una bonita huella. Comparto una primera historia.

Una gallina de Guinea en Canadá y una sorpresa:

Era medio día cuando llegamos a nuestro alojamiento canadiense en la Isla de Vancouver en la pequeña localidad de Ucluelet. Nos recibió nuestra anfitriona que no pronunció su nombre, y sí una sucesión de instrucciones del tipo ahí no se aparca, hay que descalzarse, prohibido fumar en toda la propiedad,… el desayuno es de tal a cual hora,…Obedientes acatamos las recomendaciones mirándonos de reojo y en silencio.

Era una casa de madera muy acogedora, con una bonita arquitectura recta, amplio salón, mucha luz,… y un nombre muy británico; “The moon and sixpence”. Una frase coloquial que significa, algo así como, “me juego contigo la Luna y seis peniques más”. Supimos más tarde que el nombre se lo puso la primera propietaria y nuestra anfitriona lo mantuvo.

Tras descalzarnos nos indicó que subiéramos al salón para hacernos unas preguntas sobre el desayuno…y fue entonces cuando, de repente, la vi a ella: Una simpática y colorida gallina de guinea enmarcada en un cuadro que me hizo detenerme y sonreír por dentro y por fuera. Nuestra anfitriona vio mi sonrisa, y mi interés por la pintura… :

—¿Sabes qué es? —me preguntó sorprendida.

—Of course…pues claro —respondí recordando con cariño las muchas gallinas, hienas, jirafas… que tanto dibujo porque me recuerdan a mi querido Kruger —Es una Helmeted guinea fowl.

—Sí, eso es. Y ¿dónde las has visto? —interrogaba con curiosidad.

—Nos resultan muy simpáticas y divertidas, y las hemos visto mucho en Kruger National Park, en Sudáfrica, somos unos enamorados del Parque.

—¿¡Rrreally!? —exclamó, abriendo mucho sus azules y pequeños ojos.

—Sísí, de verdad. Tenemos una especie de Krugeradicción, hemos ido allí varias veces y sabemos que algún día no muy lejano volveremos.

—¿¡Rrreally!? —repitió con ambas manos sobre el corazón —¡¡Yo nací en Pretoria!!

—¡Oh! ¡eres sudafricana! ¡¡vaya sorpresa!! ¡¡que casualidad!! —respondí contenta mientras caminábamos por la casa y aparecían coloridos cuadros de cebras, leones, leopardos… y mi sonrisa se ampliaba.

Después de preguntarnos sobre si para el desayuno querríamos té o café, si teníamos alguna alergia y darnos algunas pistas sobre los ricos ingredientes,…hablamos mucho de África. Nosotros con pasión y sin prisas, ella con la misma pasión y con algo de nostalgia. No había regresado en muchísimos años.

—Therrre, the sky is rrreally blue, the sun is rrreally rrred…—decía recordando los espectaculares cielos africanos. Su acento a ratos se transparentaba, y a mi me encantaba escuchar esa familiar forma de alargar las erres.

Hablábamos de fauna, de las especies de bichos que habíamos visto, de las ballenas en Hermanus …de nuestros felinos favoritos…También nos habló de Canadá, nos dio información… nos recomendó senderos, restaurantes, …

Tuvimos una charla muy amena. Quizás nuestra pasión por su país, por Kruger, y por la fauna, hizo que conectáramos y que incluso compartiera algún bicho-secreto para ver osos.

Nos acompañó a nuestra amplia habitación por un enmoquetado pasillo decorado con más wilds cuadros y algunas cerámicas. Y tras ubicarnos y dejar las maletas,… nos pusimos en marcha.

Fue cuando nos despedíamos de ella cuando le dije un natural —Bye Alice, see you later.

—¿Cómo sabes mi nombre? —me preguntó muy muy sorprendida.

—Puessss…porque me he fijado en la firma de los cuadros. Después de nuestra charla tan bichera, conocer tu origen, tu pasión por África,… he supuesto que probablemente tu has pintado los cuadros y que Alice debe ser tu nombre.

Alice me miró muy sonriente y ojiplática —Nunca me había pasado—murmuró.
Era muy observadora y creo que quizás le llamó la atención que yo me hubiera fijado tanto en sus pinturas… o quizás que fuera tan observadora como era ella.

Entonces comenzamos a hablar un poco de sus obras, de la técnica, de sus materiales, de su inspiración… Le dije que me gustaban mucho y que además sentía el corazón contento y feliz por haberme encontrado un pedacito de Kruger por estas latitudes.

A la mañana siguiente, tras el excelente desayuno, le comenté que yo hacía garabatas con acuarelas y que dibujaba, muy a mi manera, bichos de Sudáfrica… le expliqué que en verdad dibujaba como una niña pequeña. Alice me preguntó si podía enseñarle algo. A mí me daba mucha vergüenza mostrarle mis garabatos en Flickr pero, quizás por la mucha conexión con ella, se los acabé enseñando en el móvil.

Me pareció que mis garabatas le gustaron, que le resultaron divertidas, hizo algunos bonitos comentarios… y yo, muy insegura de mis dibujos y sonrojada, preferí rápidamente mostrarle las fotos de bichos de Sudáfrica en la web  y Flickr de maridín… Les encantaron, y me pidió permiso para usarlas como inspiración para sus pinturas.

Con tanta descarga falló la conexión a internet y, tras despedirme de ella, salí a fumar y a esperar que bajara maridín.

—Alice me ha dicho que cuando regresemos quiere hablar contigo, te quiere comentar algo, creo que de las pinturas. Me ha pedido con mucha insistencia que si se le olvida que yo se lo recuerde.

—Mmmm ok. Supongo que querrá compartir tips o consejos para las acuarelas,… algún truco…algo.

Nos pusimos en marcha y después de un largo y precioso día llegamos de noche a casa. Alice ya dormía.

Por la mañana, tras nuestro bicheo matutino, desayunamos y charlamos con el resto de huéspedes. Sin duda su desayuno ha sido el mejor de todos los B&B canadienses en los que hemos estado, todo riquísimo y ella muy pendiente de todos los detalles, de que todo estuviera a tu gusto… cuidándote.

Y cuando todos se fueron, Alice nos pidió que le enseñáramos de nuevo nuestras fotos de Sudáfrica y mis dibujos, pero esta vez en su ordenador para verlo a más tamaño que en el móvil… Y fue en ese momento cuando Alice me dijo que quería hablar conmigo:

—Ayer cuando vi tus dibujos tuve una idea… por eso le dije a tu marido que quería hablar contigo. Soy una mujer de mente inquieta, he estado pensando sobre ello y quiero proponerte algo.

—Mmmm ¿proponerme? ¿algo?… mmm ¿a mí? —sus palabras me dejaron muy desconcertada y sorprendida.

—Me han gustado mucho tus acuarelas, tanto, como para proponerte que dibujes una serie canadiense y que la convirtamos en tarjetas o postales usando alguna plataforma digital. Yo las vendería aquí, junto a mis dibujos del recibidor,… y te haría llegar el dinero.

Y yo, “estupefactada” y sonrojada, me reía nerviosa. Dudaba de mi “inglésnivelTarzán”, debía ser que no estaba entendiendo bien… pero sí, era eso lo que me proponía. Una idea improvisada y quizás algo loca,… una idea que confieso que me sorprendió mucho muchísimo y que me pareció muy bonita y halagadora.

—Me transmiten una bonita energía, optimismo,… me hablan, son acuarelas limpias, frescas, originales, y… me hacen sonreír. Podemos intentarlo, tu solo tienes que dibujarlas y ponerles un precio.Imaginarme que un huésped sonríe al ver una de mis garabatas mientras se pone o se quita los zapatos o entra y sale del alojamiento me hace ilusión, pensar que mis acuarelas viajarían de mano en mano por el mundo me gusta… Pero siendo sincera y realista, no me imagino a nadie comprando una postal de mis garabatos,… soy solo una amateur, autodidacta, y… muy insegura.

Eso sí, tengo mucha imaginación y, de alguna forma intuitiva, sé que quizás se podría hacer algo con mis garabatas …aunque confieso que todavía no sé el qué ☹ . Hasta ahora, de todo lo que se me ocurre, nada me convence. Pero esta propuesta sorpresa de Alice era bonita, sencilla y asequible. Pese a mis muchas inseguridades le dije que sí, quizás podíamos hacer algo juntas.

Continuamos charlando algo más, le enseñamos el vídeo de Youtube con fauna de Sudáfrica  que le emocionó mucho … y le mostré este blog, pues me hace ilusión que algún día lea los cuadernos de safaris y el post sobre Don Skukuza y Gibraltar.Entre totems,  senderos , playas y osos … el tiempo pasó volando en la encantadora Isla de Vancouver y llegó la mañana de la despedida. Tras el desayuno, Alice me hizo un regalo. A mi lado colocó boca abajo una cuartilla de papel… y con su mano sobre él, a modo de casi Biblia, me dio las gracias por ser como soy, por mi corazón y mi buena energía… Su mirada azul, su voz y sus bonitas palabras me emocionaron… Y la gallina de guinea que intuía bajo su mano, y que al girar la hoja encontré, me hizo llorar de felicidad, de alegría,… me enterneció mucho el bonito gesto.

Por supuesto “La Gallina” nos acompañó en toda nuestra aventura canadiense, iba guardada con mimo en la funda del Ipad,… y todos los días al verla, sonreíamos y recordábamos a Alice con cariño.

Cuando nos íbamos nos hicimos fotos juntas. Ella me veía como a una hermana pequeña con quien compartía aficiones y pasiones, y con el corazón volvió a agradecernos la visita. Según sus palabras fuimos como un soplo de aire fresco, le dimos mucha vitalidad después de su larga y cansada temporada de trabajo. Y sin duda, ella nos dio hospitalidad, alegría, sorpresas y paz. Gracias por todo Alice.

Por supuesto cumplí mi promesa y le envié los dibujos. Pronto le escribiré, tenemos novedades que contarle; seguro que se alegrará mucho cuando sepa que, este pasado fin de semana, hemos comprado los billetes para en marzo 2018… regresar por quinta vez a su-Sudáfrica 😉 ¡¡ Síííí Kruger nos espera…!! 😀

—¿Rrrrealy?

—Yessssss 😉

Aquí podéis leer más de nuestros Kruger viajes: Sudáfrica

PD: Si alguien tiene alguna idea feliz como la tuvo Alice para mis garabatas puessss por favor contacta conmigo , …y me lo cuentas. Me haría mucha ilusión, y quien sabe si a lo mejor… sale alguna historia bonita. Por soñar…que no quede 😉