Cuando viajamos a Noruega a la caza y captura de auroras boreales, hicimos un paso fugaz por la reverde Oslo. Además de callejear por la capital y tomarle el pulso navideño, visitamos algunos de sus interesantes museos.

Hay más de una treintena de museos, aquí podrás visitar la Galería Nacional de Arte donde se expone El Grito más famoso del mundo, el museo de Historia, el de Ciencia, Arquitectura… Arte Infantil, una aldea folk,… un museo al aire libre con más de doscientas esculturas,…

Nosotros hemos visitado la ciudad en dos ocasiones, conocemos algunos de ellos, y hoy te hablaré de mi preferido, el museo Fram.

Quizás el edificio piramidal puede resultar algo soso, pero aquí lo importante es su curioso contenido. En su interior te espera una histórica goleta de tres palos, con 39 metros de eslora y 11 de manga, llamada Fram. No era un rompehielos al uso, dicen que era probablemente el barco de madera más resistente del mundo, fue el primero en navegar los dos Polos y es todo un símbolo de la participación noruega en las expediciones polares.

Su construcción está inspirada en las naves vikingas, pero el diseño fue mejorado dándole una forma muy oval al casco para que el mar congelado, literalmente lo escupiera.
El timón y la hélice podían subirse a bordo, se podía generar electricidad con un pequeño molino…Todo estaba diseñado y calculado para quedar atrapado en la banquisa de hielo, flotar con ella y sobrevivir dignamente hasta cinco años si fuera necesario.
Se construyó en 1892, realizó tres exploraciones a ambos polos, hizo su último viaje desde Argentina en 1914,… quedó revoleado y olvidado en un fiordo, fue restaurado en 1930 y finalmente, en 1936, se construyó para él este museo.

No sé si alguna vez te habrás parado a pensar cómo eran esos grandes viajes, esas largas expediciones, la navegación y la vida a bordo … yo sí ☺ Las exploraciones me molan, me interesa mucho su lado viajero, científico, histórico…y humano.
Así que poder subir a bordo de aquel barco real, en el que posaron sus suelas grandes exploradores de la talla de Amundsen, Nansen y Sverdrup … me parece un lujo.

Se puede pasear por toda la cubierta, bajar a ver los camarotes, asomarte a la sala de máquinas, al rústico panel eléctrico,…entrar en las bodegas…

Cuando lo visitamos por primera vez, hace más de 16 años, no había tecnología 2.0. Ahora, en las paredes de alrededor del barco, se proyecta en bucle una animación multimedia que ambienta la visita y reproduce las difíciles condiciones de navegación.

A ratos se proyecta una tormenta, o las noches de sol,… un cielo repleto de estrellas, o una aurora boreal… Se escucha el viento, aves,… la campana, el crujir del hielo y la madera…
En su interior me encantaba curiosear los mil objetos del día a día, fijarme en los cotidianos detalles. De muchos de ellos aún me acordaba, … las rústicas gafas de sol, las oscuras botellas de vino de Madeira, cajas de madera, la vajilla…

Pasarás junto al pequeño taller de carpintería, verás las prácticas máquinas de coser tan necesarias para reparar el sufrido velamen….

Conocerás dónde almacenaban los víveres para las largas travesías, dónde dormían, dónde cocinaban, el salón donde convivían y comían,…

Se exponen abrigos y ropa usada, chalecos salvavidas, …los mini catres donde dormían los mandos, los coy o hamacas donde lo hacía la tripulación,…

En los íntimos y claustrofóbicos camarotes prestaba especial atención a todos los pequeños objetos personales, vi desgastadas fotos de esposas, viejas cartas manuscritas, libros, relojes congelados en el tiempo, petacas…

La limitación de espacio hacía que las pertenencias personales que se pudieran subir a bordo fueran mínimas, supongo que elegidas con cabeza… y corazón.
¿Qué puñadito de objetos personales te llevarías contigo a una expedición de este tipo con una duración de años? ¿qué cosas meterías en una pequeña caja? ¿qué cosas subirías a bordo?

En estas largas expediciones, el exceso de tiempo libre podía ser un serio problema. Aunque en un barco siempre hay mucho por hacer, también hay que saber gestionar las muchas horas muertas encerrados. Los naipes me dicen que jugaban a las cartas, había dados y dardos, algún ajedrez, un piano y un viejo acordeón… leían, rezaban, bebían y fumaban en largas pipas…

Hambre, desmotivación y depresión, peleas y enfrentamientos, cuarto y mitad de locura y de escorbuto… todos ellos también eran polizones habituales cuando una docena de hombres pasaban años rodeados de un infierno de hielo.

Subidos a bordo del Fram es más fácil imaginar como sería la muy dura vida de aquellos grandes exploradores, científicos y aventureros.
La exposición está muy bien organizada, alrededor del barco hay paneles y vitrinas que ofrecen mucha información y amplían la interesante colección de objetos. Se puede aprender más sobre las tres expediciones polares, sobre la biografía de los tres exploradores, sus aventuras y desventuras…

Hay algún diorama, cuadernos de bitácoras, pieles,… esquís, armas y municiones…

Curiosos instrumentos usados para medir la velocidad de las corrientes marinas, lupas, …brújulas, sextantes,… cartas náuticas…
Hay también una réplica de un iglú a escala real y una cámara, similar a un congelador oscuro, donde sentir algo del frío polar.
La información de los paneles está en inglés, algunos poseen dispositivos que ofrece la posibilidad de elegir idioma. Hay una pequeña cafetería, aseos, taquillas, una tienda de recuerdos con una colección de interesantes libros… y un único pasillo que comunica con una sala donde conocer el Gjøa, el primer barco en cruzar todo el paso del Nordeste.

Cada explorador noruego tenía su obsesión; Nansen quería llegar más al Norte que nadie, soñaba con alcanzar el Polo, a Sverdrup le movía la ciencia, y Amundsen se traía un particular pique con el Sr Scott para ser el primero en llegar al Polo Sur.
Nansen y su tripulación acabaron tres años atrapados en el hielo, no consiguió el objetivo, pero salvó su vida y la del barco; Sverdrup cartografió el ártico canadiense durante cuatro años, tomó muestras botánicas, geológicas,…hizo importantes descubrimientos oceanográficos y recopiló útiles datos; Amundsen tardó dos años en alcanzar el Polo Sur, al final ganó la carrera al británico Scott porque eligió llevar perros en lugar de caballos mongoles … Scott perdió la vida en aquella expedición.
No solo había una carrera para llegar a los Polos y obtener reconocimiento y fondos para más expediciones, también había mucho afán de conocimientos, de descubrimientos, y fue mucho el trabajo científico que se llevó a cabo en estas exploraciones.

Los tres hicieron realidad sus sueños y pesadillas a bordo de esta histórica goleta que crujía, de nuevo, bajo mis pies.
Fram en noruego significa; “adelante”,… es sin duda un buen nombre para animar a aquellos exploradores que se jugaron la vida en estas expediciones árticas, en auténticas odiseas polares.

El museo Fram está abierto todos los días, se encuentra en la cercana isla de Bidgøy, se llega en bus, y en verano también se puede llegar en ferry. La entrada es gratis si se tiene el práctico Oslo Pass, si no se tiene cuesta 120NOK. Existen descuentos para niños, estudiantes y jubilados, y la opción de comprar entradas combinadas con otros museos para ahorrar unos euros. Muy cerca se encuentra un interesante museo naval vikingo, un curioso museo dedicado a la travesía del Kon-Tiki y una aldea folk que te pueden servir para completar la visita a la isla.
Aquí te dejo la web oficial para que actualices precios y consultes horarios. Y aquí el enlace a más posts de Noruega por si te apetece pasear conmigo.
Está rebien que pueda ver Oslo que es lo único que no conozco de Noruega, así ya sé donde dirigirme cuando vaya. ¡Con lo que me gusta el mar y los barcos, a este museo de cabeza !
Me ha encantado.
Un saludo.
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Hola compañera 🙂 pues si te gustan los barcos y el mar tanto como a mi, toma nota mental porque Oslo ofrece tres interesantes museos navales 🙂 muy prontito te cuento más 😉 tengo un par de entradas ya programadas que espero que también te gusten. Muchas gracias por navegar conmigo 🙂 Un abrazote.
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Genial, muchas gracias.
Me encanta encontrarme con personas que disfrutan de una navegación compartida.
Feliz finde 😊😊
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Gracias a ti por navegar conmigo! un abrazo dominical linda gallega.
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Qué curioso me resulta que construyeran un museo para albergar un solo barco, es decir un museo monotema, je,je.
Desde luego tuvo que ser una experiencia muy interesante, pues en cierto modo pudisteis «revivir» la vida de aquellos valientes viajeros y marineros que lucharon contra las inclemencias del cielo y del mar para lograr su propósito.
Un abrazo.
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😀 es que el Fram era y es un Sr barco 🙂 todo un Don barco 😉 Pues sí que es muy interesante poder subir a bordo y poder cotillear todos sus rincones 🙂 ayuda a revivir, imaginar y, sobre todo, ayuda a empatizar con esos Don hombres 😉 Un abrazo grande compañero.
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Ay qué chulo todo… el barco, las expediciones científicas, las carreras entre ellos…
Con lo que me gustan los barcos y sobre todo los veleros. Qué maravilla poder ver de cerca todos los compartimentos de ese tipo de barcos y todas las cosas que se llevaban. Hoy con un móvil tendríamos suficiente, suponiendo que haya cobertura por esas latitudes pero entonces… las fotos en papel eran imprescindibles desde luego.
Muy bueno que te pongan las estrellas, las olas, las tormentas o el sol de medianoche y que lo acompañen de sonidos además. Tiene que ser toda una experiencia y sin el riesgo añadido de la expedición auténtica. Es genial. Si algún día paso por Oslo, me acercaré. De momento me vale con hacerlo de tu mano, viajera bloguera :))
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Me alegra que te haya gustado el Fram, maifrén 🙂 es un pequeño gran museo al que le tengo cariño 😀 Para mi es un verdadero placer pisar ese pedacito de Historia científica, naval,… me remueve entera 🙂 en él se mezclan muchas de mis pasiones, la ciencia, los viajes, las aventuras, los barcos, el mar… 🙂 He participado en campañas oceanográficas, pero las Expediciones son palabras mayores, mayúsculas 🙂
Sospecho que no habría cobertura para el móvil… 😀 pero aún así supongo que igualmente se llevaría a bordo… para cuando un día entre una rayita de cobertura en algún puerto… para poder ver fotos, escuchar música, leer… o jugar por ej. al Candy Crash en lugar de jugar a los dardos 😉
La ambientación tiene su punto pero, para mi gusto, a ratos peca de demasiado oscura… entiendo que forma parte de la recreación… pero en la primera visita, sin ambientación, había más luz y permitía ver mejor los detalles del exterior del barco.
En Oslo hay museos muy interesantes 🙂 escribí un post sobre el curioso museo Kon-Tiki, ya te tropezarás con él, y tengo en el horno un post sobre un museo vikingo molón 🙂 los barcos vikingos son también muy interesantes 🙂
Gracias por navegar conmigo linda MJ, un abrazo circumpolar 😉
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En A Coruña hay un barco vikingo en el Castillo de San Antón. Más que barco creo que era barcaza. Espero que no fueran muy lejos en aquella miniatura porque no sé, no sé…
Besotes 🙂
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Tomo nota viajera mental 🙂 Jajaja parece que el tamaño importa 😀 jajaja… Puesss cuando te asomes al post de la Kon Tiki… verás lo lejos que puede llegar una simple y diminuta balsa y una vela 😀 Quizás importa más el tamaño del deseo y de las ganas de exploración 🙂 Un abrazo grande y besitos salados.
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