Muy cerca de Oslo, en la vecina isla de Bigdoy, se encuentran algunos de los museos más interesantes de la capital Noruega. Ya te recomendé aquí visitar el curioso museo Fram, y hoy te hablaré del museo que esconde las huellas del último explorador romántico del siglo XX. Un museo que de alguna forma existe gracias al sueño de un niño.

El niño se llamaba Thor Heyerdahl, nació en Noruega en 1914, era hijo de un maestro cervecero y de la directora de una asociación de museos. Fue ella quien le contagió su pasión por la zoología y la naturaleza… y con tan solo 8 años, Thor ya tenía muy claro que de mayor quería ser explorador.

Y lo fue. Estudió biología y geografía, hizo su tesis en las islas Marquesas viviendo un año como un Robinson junto a su nórdica esposa… estudiaba arqueología, etnografía,… y llegó a estar convencido de que los primeros pobladores de la Polinesia procedían de Sudamérica, concretamente de Perú.
Los profesores no creían sus teorías sobre los primeros habitantes de la Polinesia. Para todos ellos era impensable que los incas pudieran navegar esa gran distancia, rechazaban sus hipótesis argumentando las limitaciones técnicas de la época, todos decían que en la antigüedad no existían barcos capaces de realizar tan largas travesías. Se burlaron del joven Thor… entre risas le hicieron sarcásticas bromas del tipo; “construye una balsa y navega tu desde Perú a la Polinesia para demostrarlo…”

Pero en lugar de desanimarse y rendirse ante las burlas… las neuronas de Thor se encendieron, y decidió convertir aquellas sarcásticas bromas en un proyecto y en una realidad. Construiría una balsa como la de los incas y navegaría por el Pacífico empujado por los vientos y las corrientes.
Thor estaba convencido de que en la antigüedad el mar no era una barrera, era un canal de comunicación que probablemente sirvió como vía de contacto entre remotas culturas y civilizaciones. Estaba dispuesto a demostrar que no había tantas limitaciones técnicas, que subestimaban las antiguas embarcaciones y pobladores… que era posible navegar grandes distancias… Y así fue como Thor se convirtió en una especie de arqueólogo experimental marino que sabía esquiar… pero no nadar.

Se trasladó a la ciudad de Callao en Perú, y con la ayuda de gobiernos locales que fueron los únicos que apoyaron su quimera, construyó su embarcación inspirada por los dibujos que los conquistadores españoles realizaron de las balsas precolombinas. Se usaron 9 troncos de madera de balsa con algo más de 13,5m de largo y 60cm de ancho, se usó cáñamo, fibras naturales… nada de hierros, clavos,… empleó exactamente los mismos materiales y técnicas que se utilizaron en el pasado.

Thor decidió llamarla Kon Tiki, el nombre del dios Sol de la Polinesia, …y a finales de abril de 1947, acompañado por cinco hombres y un loro regalado, zarpó desde Perú rumbo a las remotas islas. Comenzaba aquella aventura o suicidio colectivo… nadie podría rescatarles si se perdían, o si se hundía la balsa,…

La travesía de la Kon Tiki fue filmada por ellos mismos, grabaron la rutina a bordo, la fauna con la que se cruzaban, los momentos de ocio y de incertidumbre, los destrozos producidos por alguna tormenta…
Día a día, a medida que avanzaba el incierto viaje, su teoría iba tomando forma y ganando peso. No fue fácil, pero lo lograron. Navegaron siete mil kilómetros empujados por el viento y las corrientes, y en poco más de tres meses, en 101 días, llegaron a la Polinesia.

Todos llegaron sanos y salvos menos el loro, y con aquella travesía demostraron que no existían limitaciones técnicas que impidieran a los incas precolombinos, navegar al remoto archipiélago.
Sí que es cierto que ellos llevaron una radio, cuchillos, relojes… pero este material no fue relevante para conseguir la hazaña.

A su regreso, Thor escribió un libro contando la aventura que se convirtió en todo un Best seller traducido a 70 idiomas, ganó un Oscar con el documental que grabaron a bordo, realizó excavaciones arqueológicas, fundó este museo en 1950… y construyó nuevas embarcaciones que le llevarían a nuevas aventuras.

Hoy, en el pequeño museo Kon Tiki, puedes encontrar la balsa original, algo de menaje, algunos instrumentos, notas manuscritas… paneles con mucha información de la travesía …

Hay también un diorama que expone réplicas de la fauna marina con la que se cruzaron; el enorme tiburón ballena que pasó por debajo de la frágil balsa, los peces voladores que servían de alimento…

Existen unos pasillos-cuevas-galerías donde se expone material arqueológico de sus excavaciones en Perú, Galápagos y en la isla de Pascua.

Tropezarás con un par de réplicas de moáis, una de ellas de unos 10m. Thor desde muy joven estaba obsesionado con la isla de Pascua y con estas misteriosas esculturas, y usando cuerdas, consiguió demostrar cómo podían haber sido levantadas y trasladadas por los pobladores.

Fue en 1969 cuando Thor construyó la Ra I y la Ra II, dos balsas de papiro de inspiración egipcia para seguir demostrando posibles contactos por mar entre lejanas civilizaciones.
Con la Ra I pretendía cruzar el Atlántico, navegar desde Marruecos hasta Barbados. Pero cuando quedaban mil kilómetros para llegar al Caribe, tuvieron que ser rescatados. El papiro usado se empapó y estuvieron a punto de hundirse.
Al año siguiente construyó la Ra II, una versión mejorada, con la que consiguió ir de costa a costa en 57 días. Esta embarcación también se expone en el museo acompañada de paneles con información, datos de la travesía,…

Casi una década después, en 1977, construyó la Tigris, la embarcación de juncos más grande jamás construida. Con ella pretendía navegar por el Mar Rojo, navegaron casi siete mil kilómetros en 143 días, pero los conflictos bélicos de 1978 le impidieron continuar, le prohibieron el paso hablándole de fronteras. A lo que Thor respondió con una apasionada carta, firmada por toda la tripulación, y quemando la nave de forma simbólica en un acto pacífico.

Thor residió 25 años en Italia y pasó sus últimos años en una casa rural en Tenerife. A la isla canaria llegó animado por su amigo Fred Olsen, el dueño de una de las navieras más importantes del archipiélago, quien le convenció para estudiar unas pirámides en Güímar algo ignoradas por los investigadores locales.
Thor estudió las olvidadas pirámides, y juntos construyeron un Parque Etnográfico donde se pueden conocer sus hipótesis, sus expediciones, pasear por curiosos jardines, incluso ver una réplica de la Ra II. Estuvo nominado al mejor museo 2017, aquí podéis consultar precios y horarios.

Con más de 80 años Thor vivía tranquilo con su esposa en la canaria Finca Mora, trabajaba en su último libro, en el guión de una película, en unas excavaciones rusas donde buscaba restos vikingos, tenía previsto viajar a Samoa… Nunca dejó de trabajar, comunicar, viajar y explorar,… En 2002 se trasladó a su villa italiana para fallecer allí de un tumor cerebral.
Fue elegido noruego del siglo XX. Al parecer, la prestigiosa Enciclopedia Británica dedica tres veces más texto a Thor que al legendario Amundsen, que fue el primer hombre en alcanzar el Polo Sur, dos veces más que al primer hombre en alcanzar el Everest… unos párrafos más que al descubridor de las fuentes del Nilo… Y es que la vida de Thor fue heterogénea y apasionante, hay quien lo considera el viajero más imaginativo del último siglo, otros lo consideran el último de los grandes exploradores románticos.

Aquel niño rubio que de mayor quería ser explorador y lo fue, nos dejó este museo y todo un legado histórico, literario, científico,… También nos dejó un puñado de hipótesis… reflexiones medioambientales y citas interesantes. De todas ellas, quizás a modo de romántico fin, elijo esta frase que respondió cuando a bordo de la Tigris, le impidieron navegar hablándole de fronteras:

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Qué vida tan apasionante!! Conocía algo de Thor por su relación con Güimar, pero es realmente sorprendente.
Pobre loro, no sobrevivió.
Me encanta la garabata. Gracias por compartirla 😀
Besitos de miércoles.
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Eso sí que eran viajes compañera 😀 😮 !! Yo desconocía el vínculo de Thor con Tenerife 🙂 así que la próxima visita que haga a la isla buscaré sus huellas 🙂 sus estelas.
La pobre cacatúa… al parecer, acabó en las fauces de un tiburón.
MIL GRACIAS a ti linda Salo!!! no sabes cuanto me animan y reconfortan vuestras letras y compañía. Gracias por estar siempre cerquita. Un abrazo grande!!
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Muito interessante!
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🙂 me alegra mucho que te haya gustado 🙂
Un saludo!
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Guuuaaauuuu, que post tan super interesante.
Me ha encantado, igual que me fascina la gente que cree en sus ideas y las lleva a cabo a pesar de la opinión en contra del resto.
Gracias por este interesantísimo relato.
Feliz Semana
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😀 me alegra mucho que te haya encantado el post y Don Thor 😉
Gracias a ti por acompañarme en esta nueva travesía 🙂
Un abrazo linda gallega!
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Gracias por el abrazo, otro para ti.
La gallega se llama Luisa. 😁😁 Gracias por lo de linda. 😊😊
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Encantada linda Luisa 😉 Al habla Cristina o Cristi o Cris 🙂 respondo a los tres 😀 jajaja
Gracias por ese abrazo 🙂 siempre me resultan reponedores, aunque sean virtuales o cibernéticos 🙂
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Pues te envío un nuevo abrazo todavía mas reponedor linda Cris. 😊😊
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Desde luego han habido, y espero que sigan habiendo, mentes brillantes que, contra todo pronóstico y luchando contra viento y marea, han logrado maravillas y a quienes debemos mucho más de lo que mucha gente piensa. Desde los vikingos, pasando por Colón y acabando por el intrépido Thor, hemos conocido nuevas tierras, nuevas rutas, y nuevos hechos que, de no ser por ellos, habríamos tardado mucho más en descubrir.
Hay que ver la valentía de esos valienteos navegantes y exploradores que arriesgaron sus vidas en pro de la ciencia y del conocimiento.
Un abrazo.
P.D.- Lamento el triste fin del pobre loro. A fin de cuentas a él no le consultaron, lo enrolaron a la fuerza, y fue el único en acabar mal.
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Así es compañero, aunque se podría matizar entre exploraciones, conquistas, colon-izaciones, descubrimientos… Precisamente ando ahora escribiendo sobre la llegada de los europeos a Australia… y tela telita.
Recuerdo que cuando visité México por primera vez, hablando con compañeros de trabajo sobre el tema de la colonización y el cristianismo,… me dijeron esta frase que a modo de resumen se grabó en mi memoria:
—Si no hubiera sido ese pinche cabrón, hubiera sido otro pinche cabrón.
Y sí, 🙂 aunque la Historia está repleta de pinches cabrones 😀 y abstractas fronteras …también hay mentes brillantes y valientes como la de Thor, que contra viento y marea luchó por una idea.
Mil gracias por navegar conmigo 🙂 espero que hayas disfrutado de la travesía. Un abrazo grande.
P.D.: Lo enrolaron y quiso el destino, el azar y la red trófica que el fuera la única víctima. Al parecer, de vez en cuando salía a estirar las alas, revoloteaba alrededor de la balsa… y acabó en las fauces de un tiburón.
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Es una entrada conmovedora. gracias por compartirla. Un abrazo.
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Mil gracias a ti Carlos por navegar y conmoverte conmigo 🙂 Un abrazo XL
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