La ciudad de Kioto estuvo en la lista de objetivos de la bomba atómica de Hiroshima,… pero quiso el azar y su mucha belleza, que un dirigente americano que pasó allí su Luna de Miel, se enamorara de la ciudad y por ello finalmente la eliminaron de la lista. Pensaron en la mala imagen pública que causaría la destrucción del bello patrimonio histórico, y sustituyeron Kioto por Nagasaki.
Aunque mucho de su patrimonio ha desaparecido en guerras nacionales, incendios y terremotos, la antigua capital de Japón aún tiene mucho que ofrecer. Con 1600 templos, 400 santuarios, 13 Patrimonios de la Humanidad, barrios históricos… sería muy injusto dedicar solo 24h a Kioto. Nosotros estuvimos seis días, 3 de ellos recorriendo la ciudad, y 3 usándola como base para visitar las cercanas Nara, Osaka, Miyajima, Himeji y Koyasan… Hay quien le dedica más días, quien le dedica menos… pero Kioto es una visita imprescindible para conocer el Japón más patrimonial.
Por ahora nos gustó mucho todo lo que vimos de la ciudad. Habíamos visitado el Templo de Plata, …el Paseo del Filósofo, el barrio de Higashiyama, Gion y Pontocho,… el Santuario de Fushimi Inari con sus diez mil torii rojos… Hoy nos esperaban nuevos templos y santuarios, jardines, calles con encanto… y mucho otoño.
Aquella mañana de noviembre visitamos a primera hora Kinkakuji Temple, el famoso Pabellón o Templo de Oro o Dorado, está declarado Patrimonio de la Humanidad y es uno de los edificios más visitados de la ciudad. Cuando llegamos estaba cerrado, solo había una persona, un inglés enamorado de Japón. Estuvimos charlando… y sin darnos cuenta se fue formando una enorme cola, con cientos de escolares con gorras de colores, mogollones de turistas…

Cuando abrieron las puertas… aquello no era una carrera, pero casi. Por suerte el inglés enamorado de Japón se conocía el lugar de anteriores visitas, y nos llevó directos a un sitio molón donde pudimos disfrutar de unas buenas vistas sin cabezas interruptus.
El dorado pabellón fue la villa de descanso y retiro de uno de los shogun más importantes del país. Al fallecer en 1408 se cumplió su voluntad de convertirlo en templo zen, y aunque ha sufrido algún incendio y reconstrucción luce pletórico.
Al parecer mezcla tres estilos arquitectónicos; la blanca planta baja se llama “Cámara de las Aguas” y es de inspiración imperial, la segunda se llama “Torre de las Ondas de Viento” y es de inspiración samurái, y la última es de inspiración zen estilo chino. Todo ello coronado por una especie de ave Fénix dorada que protege el edificio.
Debe ser curioso estar rodeado por las paredes doradas, pero el interior no puede visitarse. Solo puede rodearse el edificio, contemplarlo desde todos los ángulos, cotillear a través de alguna ventana que suelen dejar abierta…
El estanque se llama “Espejo de Agua”, y la colocación de piedras y de islas al parecer representan la historia de la creación budista. Molaban los reflejos dorados del edificio, a veces me parecía oro líquido…
Avanzando por el circular sendero cambian las perspectivas, y también cambian los reflejos y destellos del pan de oro que cubre el edificio. Los rayos de sol matutinos le sentaban genial al dorado templo, literalmente, relucía.
A su alrededor se desparraman jardines en modo otoño, huele a incieso…
Tropezamos con algún altar, con una casa de té bajo los coloridos arces, …
Al salir encontramos los habituales puestos con venta de amuletos, dulces y recuerdos,… Nos gustó mucho la visita a este dorado templo convertido en todo un icono de la ciudad.
A unos veinte minutos caminando desde el Templo Dorado, se encuentra el Templo Ryoanji con el jardín zen de rocas mas importante del país. Aquí la arena es rastrillada, configurando ondas, círculos… y mil metáforas. A mi no me hubiera importado visitarlo, pero maridín no es muy fan de los jardines secos, y al final no nos acercamos. Está abierto todos los días y cuesta 500Y, aquí puedes consultar horarios y actualizar precios.
Tampoco nos acercamos a Daitokuji Temple, un conjunto de varios templos amurallados. Pero sí que nos acercamos a Ninnaji Temple, catalogado como Patrimonio de la Humanidad.
Encontramos un enorme terreno salpicado de edificios principales y secundarios. Yo lo bauticé como el templo del suelo muy frío. Os recuerdo que cada vez que se entra a las salas de templos y santuarios hay que quitarse los zapatos.
Allí vimos el pequeño Palacio Goten, salas y salones conectados por pasillos de fría madera, oportunas ventanas, curiosos rincones…
Hay bonitas vistas a los jardines, al tradicional estanque con piedras y a una pagoda de cinco pisos…
En las minimalistas salas los suelos están cubiertos con tatami de arroz, las paredes y puertas correderas están decoradas con delicadas grullas, garzas, flores…
Paseamos por los tranquilos y amplios jardines, en otoño luce espectacular. Al parecer es también un buen lugar donde disfrutar de la floración de cerezos y ciruelos en primavera.
De allí guardo el bonito recuerdo de ver a una tradicional novia sintoísta.
Ella posaba con el momiji y yo me quedé en un discreto y remoto plano, observando hipnotizada.
En algún momento la amiga que la acompañaba me invitó a acercarme y a que hiciera fotos, incluso me pidió la cámara para hacerme una foto a mi junto a la novia,… Todo esto con gestos, mímicas, sonrisas, y sacudidas de cabeza.
Aquel día aprendí que el blanco kimono es de seda, que la capucha se llama wataboshi y esconde un laborioso y tradicional peinado, que llevar algo rojo dará suerte a la novia…
El amplio jardín es tan encantador, que por allí pululaban otros novios haciéndose fotos con tradicionales y coloridos kimonos…
Nos moló mucho la visita a Ninnaji. Nos entretuvimos tanto con los bodorrios, que dejamos en el tintero el Santuario Kitano Temangu, había que desviarse y al final no lo vimos. Al parecer es muy bonita su iluminación nocturna en primavera y en otoño. Leí que el día 25 de cada mes se celebra en su puerta un mercadillo de venta de antigüedades, artesanías, plantas… El santuario es gratuito, pero los jardines no lo son, aquí puedes consultar precios y horarios.
No se trata de visitar tooodos los templos y santuarios para tacharlos de una lista, y de paso acabar con una sobredosis o empacho. Se trata de que cada uno elija su dosis personal y visite a su propio ritmo aquellos que más le llamen la atención, los que más apetezca, …hay 2000 templos y santuarios para elegir.
Desde allí tomamos un bus para ir a la zona de Arashiyama, queríamos conocer el famoso bosque de bambú y visitar el patrimonial Templo Tenryuji.
Al llegar nos desviamos y callejeamos para visitar un escondido y umbrío jardín, lo llevaba anotado en mi cuaderno viajero como molón para disfrutar del otoño. Se llama Enrian Garden.
El pequeño jardín Enrian nos gustó, estábamos prácticamente solos, … pero quizás porque no estaba en su punto justo de momiji, o porque era diminuto,… o porque la entrada fue algo cara por ser privado… o porque ya habíamos visitado otros jardines mayúsculos… nos supo a poco.
Al salir paseamos por la tradicional Saga Torrimoto. En esta larga calle histórica encontramos viejas casas de madera convertidas en tiendas de recuerdos, bares, restaurantes,… Callejeando por sus alrededores tropezamos con cuestas, pequeños templos, casas y casoplones…
Comimos algo y caminamos hasta el cercano y famoso bosque de bambú. Sabía que no era un enorme bosque natural, forma parte de una explotación maderera, son replantados, y si te mueves por los alrededores quizás puedes ver y oír las máquinas trabajar. Cuidado con las expectativas.
Realmente la zona visitable del bosque es una pequeña zona de tránsito, es un tramo estrecho y normalmente muy concurrido. El bonito pasillo está flanqueado por los esbeltos bambúes y apenas hay rincones para salirte por la tangente. Nosotros lo pillamos en modo feria, tanto que sin darnos cuenta nos arrastraba la marea humana.
Supongo que si se madruga o se visita en horas rarunas, es posible disfrutar del lugar con más tranquilidad y hacer fotos sin cabezas. Es gratuito, por la noche está iluminado y por lo que vimos, alquilan rick shaw para recorrer el bosque por un carril paralelo.
El bambú además de fotogénico, es muy versátil, curioso y muy metafórico para la cultura oriental. Es una de las plantas con el crecimiento más rápido del mundo mundial. Dedica sus 7 primeros años en crecer hacia abajo, desarrollando unas fuertes raíces, y luego crece a lo alto a una velocidad de vértigo. Al parecer, las importantes raíces hacen que los bosques de bambú sean terrenos muy seguros en caso de terremoto.
Leí que lo que más le mola a los japoneses es su sonido con el viento, el roce de las hojas y chocar de troncos. Les gusta tanto que está declarado por el gobierno como uno de los “100 sonidos a preservar en Japón”.
Cuando salimos del pequeño bosque, tropezamos con algunos puestos de comida rápida que aprovechan el paso del mucho gentío,… y desembocamos a una calle principal plagada de tiendas, bares, restaurantes, … Nos cruzamos con los coches de Mario Cars que ya vimos en Tokio. Aquí también pueden alquilarse para recorrer algunas turísticas zonas de la ciudad.
Caminamos hasta el cercano Tenryuji Temple, el templo mas grande del distrito de Arashiyama, declarado Patrimonio de la Humanidad.
Además de un precioso estanque salpicado de otoño y reflejos, tiene pequeños senderos por suaves laderas con vistas a la ciudad, un puñadito de troncos de bambú, flores, algunas esculturas,…
Nos gustó mucho este templo donde, a mediados de noviembre, el otoño era un plus.
Nosotros solo visitamos los jardines (500Y), el interior de los edificios costaba 300Y más. Está abierto de 8:30 a 17:30h (a 17h de fin de octubre a fin de marzo). Aquí puedes actualizar precios y horarios.
Caía la noche cuando nos acercamos al sencillo puente Togetsukyo convertido en todo un símbolo del barrio y que encontramos iluminado. Por el camino tropezamos con escaparates,… y con un montón de bares-cafeterías donde exhiben animales y se paga por su compañía, Grrrrrr, leer como un gruñido. Había bares de gatos, serpientes, lechuzas, conejos… ☹ Recuerda que la fauna en cautividad no mola y que con tu visita promueves esta actividad innecesaria, donde amputan alas, quitan dientes, uñas…
El distrito de Arashiyama tiene más atractivos que el bosque de bambú y que el bonito templo Tenryuji, aquí puedes hacer un crucero por el río Hozugawa, o tomar el turístico tren escénico de Sagano, …Arashiyama puede dar para medio día o para un día completo.
Buscamos una parada de bus para regresar al centro de la ciudad. Queríamos acabar el día visitando Eikando Temple y disfrutar de la iluminación nocturna de sus jardines. Por suerte hoy no había tanta cola para comprar las entradas como el día anterior, cuando aquello parecía un concierto de U2 y desistimos. Esta vez tras un poco de espera y pagar 1000Y cada uno, entramos… y literalmente flipamos en colores.
Sin duda la noche lo cambia todo, los colores se vuelven aún más cálidos, dulces y protagonistas. Parecía que estábamos en un bosque de cuento o en una especie de mundo Avatar en modo otoño psicodélico.
Nos moló mucho. Aquí el momiji lucía muy espectacular, estaba justo en su punto dulce, todo plagado de mil rojos y naranjas. Y aunque éramos unos cuantos turistas, y en algunos tramos rozaba el modo feria, puedo llegar a entenderlo, es algo tan bonito que es lógico tener que compartir tanta belleza con cientos de cabezas y cámaras.
2000 arces, el precioso estanque Hojo, una pagoda, puentes, pequeños arroyos… hacen que Eikando sea uno de los templos Top para disfrutar del otoño, tanto de día como de noche. Aquí podéis actualizar precios y horarios.
Las salas principales se encuentran en la base de la ladera, la cálida iluminación le daba a todo un punto muy diferente… Si tus fechas de viaje coinciden con la primavera o el otoño, no olvides incluir alguna visita nocturna a este o a cualquier jardín. Son muchos los templos y jardines que por estas fechas amplían sus horarios y ofrecen esta iluminación tan especial.
Con esta explosión de luces y colores acabamos el día, tomamos un bus para llegar al hotel MS Plus Shijo Omiya y cenar por los alrededores. Mañana volveríamos a callejear por la inolvidable y bonita Kioto.
Fantástico este post. Todo me parece una delicia: el.templo que se.refleja en el agua como si fuese raudal de oro, los novios, especialmente novias con sus impresionantes trajes; personalmente me hubiese quedado alli de voyeur. No lo hubiese resistido.
Los colores nocturnos, una perspectiva diferente.
Un post extraordinario. 💖💖
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Es que Kioto es muy delicioso vecina viajera 🙂 y si le añadimos unos reflejitos por aquí, unas novias por allá,… el otoño en todas partes…la magia de la iluminación nocturna… se convierte en una especie de sueño en technicolor 🙂 un destino que no deja indiferente 😉 Me alegra que te haya gustado el paseo, mil gracias por pasear conmigo. Un abrazo, y mucha salud y millas para este 2020 que arranca!!
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¡Que guay !!!!
Aunque aterricé ayer de mi aventura navideña, ya me volvería a ir rápidamente a vuestro Kioto de reflejitos, novias e iluminación nocturna.
Me uno a los deseos de salud y millas para el 2020 y la década entera, jaja. 🙂 🙂
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Tanta belleza en tan poco tiempo, creo que me provocaría un ataque intenso de insomnio. Son una fotos magnificas, Gracias por compartirlas. Un besazo.
El horror de los postes de la luz es un mal generalizado. Verdad?
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jajaja tanta belleza impone, impacta, incluso se tarda en digerir… 🙂 deja una huella importante y muchas ganas de volver 😉
Me alegra que te hayan gustado las fotos compañero 🙂 muchas gracias por pasear conmigo.
😀 jajaja las marañas de cables y postes de luz allí son más horror aún 🙂 con tanta belleza tienen como más delito. Peroooo por lo visto tienen sus razones; en una isla tan sísmica, con tifones,… al parecer así resultan más fáciles y económicas las reparaciones. Además leí que ellos le tienen cierto cariño, hubo un tiempo en el que tanto «cablerío» era casi un símbolo de la mucha modernidad-tecnología del país… Ahora han decidido que quizás es momento de enterrarlos, …pero sin prisas…que a ellos no les molestan las espantosas y nostálgicas marañas a la vista 🙂 Un abrazo.
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No dejo de maravillarme por esas espléndida fotografías. Desde luego hay que ser muy buen fotógrafo para obtener esas bellísimas instantáneas, pero parece como si Japón ofreciera su mejor imagen para salir guapo en la foto. je,je. Otra cosa que no deja de sorprenderme es la magnitud de «obras de arte», en forma de templos, santuarios, edificios y, no menos importante, jardines paradisíacos. El gobierno nipon debe invertir muchísimo dinero en su conservación y emplear mucha mano de obra en ello. Ahora me explico la baja tasa de paro en ese país, ja,ja,ja.
Me ha encantado, una vez más, acompañarte en este fantástico recorrido.
Un abrazo.
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El mérito es de Japón 😉 encuadres donde encuadres, mires a donde mires, tiende a salir bonito 😉 es todo muy fotogénico, tanto su lado tradicional como plutónico 😀
Tasa de paro bajísima 🙂 y también vimos voluntariado de todas las edades, incluidos seniors, por ejemplo haciendo de guías turísticos, o formando patrullas antitabaco… 🙂 El mantenimiento de tanto Patrimonio, efectivamente debe ser caro y complicado, hace poco se quemó un castillo en el país…
Me encanta que disfrutes del paseo 🙂 mil gracias por estar cerquita y dedicarme tu tiempo. Un abrazo enorme.
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Definitivamente lo de ir en otoño es un plus, que maravilla de jardines y templos. Las fotos de postal. Un beso.
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Sísísísísí 🙂 yo estoy muy pesadita con el otoño 🙂 pero es que, por ahora, es el otoño más bonito que he conocido 🙂 muy brutal. Me alegra que te haya gustado el paseo. Un beso.
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Es que los colores son alucinantes, no me extraña que te pongas pesada, jejejeje.
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jajaja 😀 la verdad es que el otoño le sienta muy bien a los templos y viceversa 😀 Además de ordenados jardines, hay salvajes bosques 🙂 hay otoño para todos los gustos 😉
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Casi no llego… La vuelta al cole y a la rutina es matadora.
Las fotos me hacen babear, el oro líquido, los altísimos bambúes, los colores al anochecer… Me metes Japón por los ojos… Quizás 2021?
Te chivo que ya tenemos vuelos para Bkk 😀 20 días completos, quitando vuelos.
Un besote muy fuerte y gracias por compartir.
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Hola mi linda Salo!! seguro que esos billetes a Bkk animan la vuelta a la rutina y al cole 😀 que bien tener destino viajero en el horizonte!! 😀
Japón entra por los ojos 😉 y luego a través de las venas llega al corazón 😉 y ahí se queda. Me alegra que te hayan gustado las fotitos 🙂 Si te decides para ese 2021 😉 me tendrás cerquita para todas las dudas viajeras.
Gracias a ti querida Salo por estar siempre dándome calorcito y compañía. Un abrazo enorme para comenzar con energía la semana!
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