El corazón y alma de Córdoba es su mezquita-catedral, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, Bien de Interés Cultural, incluida entre los tesoros de España…no necesita presentación, lo sé, lo sabemos. No voy a hablaros de sus trece siglos de historia, ni de “Abderramanes”, ni de “Omeyas”…todo eso lo tenéis en su web oficial, junto a los precios, horarios, normas,… Yo voy hablaros de mis sensaciones y sobre todo de un par de espinitas que me traje clavadas.
Recuerdo que cuando visitamos la mezquita me sentí como en la barriga de una especie de bosque psicodélico con más de 800 troncos de mármol, ónice, granito, jaspe y pórfido. La precisión matemática de las dobles arcadas con sus dovelas bicolor juegan con la simetría y perspectiva haciendo sentir que ese mágico bosque se convierte en una especie de laberinto de espejos. Los cientos de arcos de herradura, la imponente cúpula de la Maqsura, el mucho arte de la geometría, los calculados juegos de luces y sombras,…y colores 😉 , me hicieron sentir como ‘’Alicia en el país de las maravillas Andalusí’’.
El gran bosque, llamado la gran sala hipóstila, es imposible que deje indiferente al visitante, es sin duda de esos lugares que se quedan grabados en la retina… y en el corazón.
Algunos de estos troncos pétreos tienen nombres y curiosidades. En uno de ellos verás una cruz tallada por un cristiano cautivo… que cuenta la leyenda que la arañó con sus uñas. No muy lejos encontrarás una columna muy dañada, porque hubo un tiempo en el que los visitantes la rascaban con una moneda para oler el azufre de lo que creían era el mismísimo infierno. Un azufre que emana, en verdad, al producirse una reacción química entre el metal de la moneda y las piedras volcánicas presentes en su composición.
Verás columnas romanas, de estilo salomónico y con capiteles corintios, firmas pétreas de canteros, …todos los troncos pueden parecer idénticos pero no lo son.
Imperdible pasear por su archifamoso patio de los naranjos, si coincides con la primavera y la floración del azahar debe ser un regalo embriagador. Verás cipreses, algunas palmeras, cinamomos, no olvides saludar a su olivo casi tricentenario y prestar atención al rumor de las fuentes y caños del rectangular recinto empedrado.
La catedral tiene su encanto, arte y belleza, el retablo mayor, su artesonada cúpula de crucero, exóticas maderas transatlánticas para el coro, más de una treintena de capillas adyacentes… y unos interesantes rincones donde conviven una curiosa mezcla de arcos moriscos y cristianos… Pero personalmente, estoy muy de acuerdo con la famosa frase, o más bien lamento, que dijo Carlos V tras acabar las obras que él mismo autorizó; “Habéis destruido lo que era único en el mundo, y habéis puesto en su lugar lo que se puede ver en todas partes”. Eso sí, esta mezcla de religiones hacen que hoy día sea la única mezquita-catedral del mundo.
Abre bien los ojos, atento a los muchos detalles,…tropezarás con celosías, inscripciones,… un buey con leyenda,…vidrieras…
La primera espinita viajera que me traje fue no poder subir a la Torre-Campanario de la catedral, el antiguo alminar de la mezquita. En nuestras fechas aún no estaba abierta a los visitantes y no pudimos disfrutar de sus vistas privilegiadas, me quedé con las ganas, me hubiera gustado ver la arquitectura del complejo desde las alturas y las panorámicas de la ciudad.
A la entrada o salida no te olvides rodear todo el complejo para contemplar las numerosas puertas, más de una veintena en distintos grados de conservación y todas con nombres, la del Perdón, la de Jerusalén, la del Sabat, la de San Nicolás… Las encontrarás de estilo mudéjar, churrigueresco, neoclásico, también tropezarás con algunos postigos y balcones, y con el pequeño altar de la Virgen de los Faroles.
Y si prestas mucha atención, en una esquina junto a la calle Torrijos, encontrarás una pequeña piedra con forma de estrella que se ha convertido en la “estrella de los deseos”, hay quien al pasar la toca para que su deseo sea concedido.
La segunda espinita viajera que me traje clavada fue no visitar el cercano e interesante complejo de Medina Azahara, también declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Hubiera sido un complemento perfecto visitar los restos de la que fue llamada Ciudad Brillante y aprender más de su historia en su premiado museo-centro de interpretación. El yacimiento de esta ciudad palatina se encuentra a tan solo 7 km. de Córdoba, puedes ir por libre o contratar un tour guiado, como este de Medina Azahara desde Córdoba que te llevará en bus desde la capital a esta joyita secreta… que es el mayor conjunto arqueológico de todo el país.
Foto cedida por Miguel Márquez, más en su Instagram
Seguro que es tele transportador, y creo que aquí una visita guiada te ayudará a entender más y mejor todo lo que muestra y esconde este enorme complejo.
Foto cedida por Miguel Márquez, más en su Instagram
Por supuesto Córdoba es mucho más que su mezquita-catedral y la ciudad califal, su centro histórico también es Patrimonio de la Unesco y la Fiesta de los Patios es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, toma nota 😉 se celebra en los primeros 12 días de mayo. Os dejo por aquí su web de turismo para completar la visita y consultar su agenda cultural.
Foto cedida por Miguel Márquez, más en su Instagram
Quiero regresar a Córdoba en primavera para volver a sentirme Alicia, esta vez, rodeada de azahar 🙂 volver a pasear por su imponente puente romano, perderme por su judería, ver los patios en flor y quitarme este par de espinitas viajeras: subir al mirador de la catedral y acercarnos al espectacular yacimiento de Madinat al-Zahra, la que un día fue la reluciente capital del califato omeya.
Hola, cuanto tiempo… me alegro haber recibido un correo vuestro. Como siempre tus relatos son estupendos. Yo estuve en Córdoba en junio con unas compañeras, era la segunda vez y me sigue encantando. Estoy contigo en lo que dijo Carlos V, pero gracias a eso podemos disfrutar de la mezcla de religiones. También visitamos Medina Azahar, nos gustó mucho pero pasamos mucho calor, lo normal en Córdoba. Espero que estéis bien y que sigáis viajando. Nosotras este año hemos estado en Puglia (Sur de Italia) y Matera (Basilicata). Nos ha gustado mucho. Os animo a visitar esa parte de Italia que no es tan turística.
Un saludo de las chicas de Canadá.
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¡¡Hola que alegría leerte 😀 !! ¡espero que estéis bien «mis chicas de Canadá» 😀 ! me alegra saber que seguís viajeras, Nosotros con ganas de volver a Córdoba, como tu, y quitarnos esas espinitas viajeras que a veces se nos quedan clavadas. Tomo muy buena nota de esa parte de Italia no tan turística 😉 Nosotros fuimos a Finlandia el año pasado ¿adivinas a qué? 😀 jajaja a conocer sus OSOS 😀 jajaja ¿te acuerdas de los osos canadienses jajaja? seguro que sí 😀 A ver si me animo y escribo el post de Finlandia,…que la pandemia me dejó las Musas de las teclas un poco plof, un poco »chuchurridas»… ya parece que se van animando 😉 hasta he terminado (¡por fin!) una super ¡¡ KRUGER GUÍA 😀 !!
Este año queríamos ir a Nueva Zelanda, pero los precios de los vuelos están locos (miedo me da que no bajen ….porque no todo lo que sube siempre baja… ). Al final regresamos a nuestro querido Kruger N.P. … sí 😀 otra vez. Ya sabes que cuando os animéis a visitar el Parque y poneros en modo safari ON 😉 os lo organizo en un periquete.
Muchas gracias por pasar por aquí, me ha hecho mucha ilusión saber de vosotras 😀
Os mandamos abrazos grandes y besitos a repartir.
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Bueeeno, por fin vuelves a aparecer por estos lares. La pobre hoja de Ginkgo ya se estaba marchitando, je, je.
Sé que has estado muy ocupada con tus dibujos y diseños artísticos para adornar todo tipo de sustratos. Pero ahora vuelves con una entrada que lleva tu sello: informar, ilustrar y entretener, con una clara t detallada exposición de los hechos, y todo acompañado por unas bellas imágenes que no dejan indiferente a nadie.
Yo he visitado (hace de eso muuuchos años) Córdoba y la mezquita y tras leer este post ahora soy yo quien tiene más de una espinita clavada, por cuanto se me pasaron por alto muchos de los detalles que nos revelas. Y, por supuesto, lo de subir al campanario, nada de nada. Probablemente por aquel entonces no estaba permitido. Si vuelvo antes de morirme, prometo subsanar estas omisiones. Lo mejor será contratar a un guia, je, je.
Un abrazo.
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Hoooola mi querido Josep 🙂 que alegría leerte. Así es 😀 jajaja la hoja de ginkgo marchitándose, las Musas de las teclas modo ‘plof’ con la pandemia, las Musas de los pinceles, por suerte, más activas 🙂 Me alegra que la entrada te haya gustado y entretenido. Pues te leo, y los dos hace muuucho tiempo que visitamos la ciudad y los dos tenemos deudas pendientes con doña Córdoba, así que habrá que volver 😉
Muchas gracias por la compañía y por seguir cerquita 🙂 Espero que todo bien, te mando dos abrazos enormes a repartir.
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Bienvenida a tu casa para que nos cuentes de viajes!!
Córdoba, la ciudad de toda mi familia materna y paterna…
Me ha gustado mucho leerte. Y sí, debes ir a Medina Azahara. Yo estuve hace muchos años y me encantaría volver, dado que siguen trabajando allí.
Un abrazo fuerte y gracias por volver.
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¡¡Hola mi linda Salo!! Que alegría leerte y saber que te ha gustado el post 🙂 Me hace ilusión haberte llevado con mis letras de paseito ¡por tus raíces!, unas raíces olivareras, preciosas y fuertes como tu 🙂 Un sí rotundo, me debo a mi misma conocer las entrañas y secretos que guarda Medina Azahara, lo haré 🙂 Y tu, seguro que, en tu próxima visita, notarás mucho los avances de los trabajos y excavaciones.
¡GRACIAS a ti! por estar desde siempre cerquita de mi, de mis letras, de mis Musas, proyectos… 🙂 Gracias por tu tiempo y tu calorcito. Te mando un abrazo complementario (como dice una muy buena amiga) y un beso enoooooorme.
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Qué ganas de volver a Córdoba
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Nosotros también 🙂 Un SÍ mayúsculo a volver a disfrutar de la ciudad… y ver lo que se nos quedó en el tintero viajero 😉
Gracias por pasar por el blog. Un saludito.
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