Te Cuento de Viajes

Sur de Sudáfrica: Ciudad del Cabo, Simon’s Town, Chapman’s Peak drive, Hermanus

En nuestro primer viaje por Sudáfrica nos despedimos de Kruger N.P. con mucha pena, enamorados del Parque y con un hasta pronto… creo que ya algo nos decía que volveríamos 😉 . Salimos del Parque rumbo a Johannesburgo con tiempo por si los imprevistos e hicimos bien pues buena parte del camino tuvimos niebla densa y a ratos chaparrones.

Como os comentaba en el post de preparativos volamos desde Johannesburgo a Ciudad del Cabo con Kulula, una compañía low cost sudafricana, y todo muy ok. Recogemos coche en el aeropuerto. Por el camino comienza a caer la tarde y la megaciudad del fin o principio del mundo nos recibe.

Llegamos al muy recomendable B&B Fulham ubicado en Camps bay que habíamos reservado por Booking. Nos recibe un personal muy amable y unas preciosas vistas al Atlántico. No somos muy urbanitas y sinceramente Ciudad del Cabo de noche no entraba en nuestro planning. Por lo que habíamos leído es una ciudad segura para recorrerla de día a pie pero de noche en coche …pero nosotros sabíamos que después del largo día no nos apetecería coger de nuevo el coche para ir a cenar y preferimos relajamos en la terraza de la habitación disfrutando de las vistas del Atlántico y del atardecer.

Pero Cape Town es una ciudad moderna, cosmopolita y rodeada de naturaleza. Además del Parque Nacional Table Mountain, silueta inconfundible de Ciudad declarado Patrimonio Nacional de la Humanidad y su subida en teleférico… o haciendo trecking , la llamada Ciudad Madre, tiene otros atractivos y encantos como; el paseo marítimo /waterfront, el colorido barrio de Bo-Kaap, atardeceres desde Lion’s head, senderos, gastronomía, ricos vinos,… sus vistas panorámicas a los Doce Apóstoles y al salvaje Atlántico,… su jardín botánico Patrimonio de la Humanidad, el museo District Six conmovedor recordatorio del apartheid y el flamante Museo de Arte Contemporáneo MOCAA el mayor de toda África, inaugurado en 2017.

También es el puerto de salida para visitar Robben island declarada Patrimonio de la Humanidad, en la isla se ofrecen tours para conocer el museo y la prisión donde Nelson Mandela pasó la mayor parte de su condena. Se pueden ver leones marinos, sobrevolar la ciudad en helicóptero, hacer parapente… tours guiados…Ciudad del Cabo tiene mucho que ofrecer y unos muy interesantes alrededores.

Nuestro objetivo para visitar el sur, como ya os comenté, eran las ballenas y por ello elegimos la localidad de Hermanus para ubicar nuestra base. Según la WWF Hermanus es uno de los diez mejores lugares del mundo para el avistamiento de cetáceos incluida la observación desde tierra.

De Junio a Noviembre es posible disfrutar del espectáculo de ver en su bahía a las ballenas francas australes desde tierra, mar o aire. Y todos los años en la localidad en octubre se celebra “The Whale festival” .

También es posible avistar cetáceos desde otras localidades cercanas pero la mejor es Hermanus. Pequeña y cómoda, preparada para recibir turistas con una amplia oferta de agradables Bed & Breakfast, pequeños hoteles algunos con habitaciones con “vistas a las ballenas”, restaurantes…

Además de ballenas, puedes conocer los encantos de la Península del Cabo, recorrer la conocida Garden route National Park, el Parque Nacional West Coast, el Parque Nacional Cabo de Agulhas, la floración en el Parque Nacional Namaqua que ocurre en agosto/septiembre, los viñedos y bodegas de la Wine route,… algunos faros, paisajes, costa salvaje, playas infinitas, la floración del fynbos, fauna… Parques Naturales como The Hoop Nature Reserve, Fernkloof and Vogelgat … carreteras escénicas como Boyes drive, Chapman’s Peak drive, la carretera a Gordon’s Bay…

Si estás interesado en los Parques Nacionales del Sur visita la web oficial de Sanparks, la empresa Nacional que gestiona los Parques. Te dejo aquí el enlace con el listado de Parques donde puedes ampliar información y reservar alojamientos molones.

La meteorología suele ser impredecible, pero en el fin o principio del mundo lo es más,… y aunque en el balance general tuvimos suerte, sí que es cierto que algunos momentos fueron demasiado ventosos y que un par de días tuvimos algo de suave lluvia en forma de chaparrones intermitentes. Recuerda que estás en el Hemisferio Sur y que las estaciones son a la inversa del Norte. En esta región Sur del país se considera de marzo a diciembre temporada de lluvias. Lo normal es que sean chaparrones, aunque a veces pueden ser más intensas. Tras un periodo de dura sequía para que desde el 2022 la lluvia ha regresado. Nosotros viajamos en septiembre en años de sequía y aún así llovió.

Tampoco hay que olvidarse del viento. Nuestra primera mañana fue de las ventosas y nos cambió los planes ya que no pudimos subir a Table Mountain. El viento traía también tormenta eléctrica y el teleférico a primerísima hora estaba cerrado. Nos entretuvimos poco y nos fuimos a nuestro siguiente destino, Boulders Beach para ver los pingüinos.

Por el camino se pasa por lugares con algo de interés. Algunos pueden merecer una parada fugaz como las muy coloridas casetas de playa de Muizenberg, o alguna curiosa estación de tren,… pero a nosotros no nos cabían, había tramos en obras, queríamos ver también algo del Parque de los Cabos y no llegar demasiado tarde a Hermanus.

Dejamos el coche en un parking al aire libre y nos acercamos caminando hasta la cercana taquilla donde se paga la entrada para acceder a las pasarelas de la playa de Boulder desde donde se avistan los pingüinos. Pertenece a Table Mountain N.P. Recordar que si tienes la tarjeta Wild Card incluye la entrada (unos 5€, creo que a fecha de 2023 ronda los casi 10€).

La playa tiene unos enormes piodrolos de granito muy fotogénicos en días de sol. Y los pingüinos se ven de cerca, de lejos, entrando y saliendo del agua,  acicalándose,… se escuchan sus ‘rebuznos’…Viven allí desde 1982.

Recorrimos todas las pasarelas llegando hasta la zona final mucho más tranquila. Y recuerdo que desde allí vimos nuestro primer y lejano soplo de ballena. Emocionados nos pusimos en marcha rumbo al Parque de los Cabos.

Puede recorrerse en coche, en bici,… hay senderos. Nosotros recorrimos el Parque con el coche a buen ritmo, asomándonos a algunos de los puntos principales, saludando al emblemático Cabo de Buena Esperanza, en ocasiones intentando esquivar el mucho viento, y en otras a las hordas de turistas orientales que llegaban en autobuses, y que tras la foto de rigor desaparecían.

No nos entretuvimos demasiado… queríamos hacer el camino hasta Hermanus por la Sir Lowry’s Pass y llegar con algo de luz.

Pasamos por algunas poblaciones, vimos guetos infinitos, atravesamos montañas, a ratos nos acompaña un tren, a ratos subimos, …bajamos,…vemos viñedos «espeluchis», frutales… incluso atravesamos una enorme tormenta con un rayo demasiado cercano incluido.

Al atardecer llegamos a Hermanus, y con la ayuda del GPS encontramos nuestro alojamiento Anchor rest, reservado con Booking. La coqueta y completa cottage no tenía vistas al mar, pero estaba muy cerca del Cliff Path, un sendero muy molón que recorre la costa y atraviesa el pueblo de Hermanus, y donde se encuentran estratégicos miradores para observar a las ballenas. Aquí te dejo más info del sendero.

Aquella tarde noche no dio tiempo de mucho más, nos instalamos y nos fuimos a cenar al Lemon Butta por recomendación de nuestra anfitriona. Las vistas y la relación calidad/ precio todo muy ok, nos gustó mucho.

Por la mañana nos ubicamos. Recorrimos el pueblo, paseamos por el sendero y disfrutamos de nuestras primeras ballenas desde los diferentes miradores que salpican el paseo… A veces bajábamos a las rocas, …

A veces las veíamos de lejos, otras más cerca, otras tan tan cerca que escuchábamos con claridad los soplos y saltos … fue muy muy emocionante.

El pueblo gira en torno a los cetáceos, además del Path Whale con sus 10km aprox., también hay en el paseo algún que otro panel informativo, un pequeño museo, una réplica de la ballena franca austral, y un “whale carrier” un personaje local que cuando se ven las ballenas hace sonar un alga seca a modo de trompeta, y que nosotros no vimos ni escuchamos ninguno de los días.

También hay una pequeña plaza con pequeñas casetas de venta de “artesanía”, diferentes locales donde comer fish and chips… varias galerías de arte, tiendas, supermercados, cajeros… y recordar que hay alojamientos con habitaciones con vistas a las ballenas 😉

Teníamos reservado un vuelo escénico con Africa Wings para ver las ballenas desde el aire. Dependíamos un poco de la meteorología, del viento para ser exactos… necesitábamos que amainara un poco para poder volar con la Cessna. Por suerte el viento cayó y pudimos volar yyy ¡¡¡¡flipar mucho!!!! NUNCA olvidaremos la imagen de las ballenas desde el aire.

¡¡¡Inolvidable!!! No solo las emblemáticas siluetas, sino la nueva perspectiva de sus saltos y de las colas fuera…

Lo único malo es que allí arriba 30 minutos pasan demasiado deprisa 😦 … pero la imagen es 100% inolvidable. Incluso tuvimos la suerte de ver una madre con una cría blanca 😉

Y de regalo… unas bonitas vistas panorámicas de la preciosa costa, sus playas, las montañas, el mucho verde…

La empresa African Wings nos gustó mucho, el piloto muy profesional y amable. Contactamos por mail y pagamos allí con tarjeta. En su web ofertan distintos vuelos escénicos con distintas duraciones. Es algo carillo porque hay que tener en cuenta que realmente tu alquilas la avioneta completa, es decir, las tres plazas de las que dispone. Si sois tres compensa más. La empresa no te busca, o une, a un tercero. Y bien mirado el precio no dista demasiado de otros vuelos escénicos como por ejemplo en el Gran Cañón de El Colorado…

El resto del tiempo, como buenos fatiguitas de los bichos que somos, lo pasamos abducidos en el pueblo avistando las ballenas, las aves, algunos delfines, algún león marino…

Estábamos tan tan alucinados con las ballenas, que sinceramente de los alrededores de Hermanus no os podemos contar mucho… No podíamos, ni queríamos separarnos de allí, para nosotros era un lujo poder disfrutar de ese espectáculo desde tierra.

Aún así una de las mañanas hicimos un «esfuerzo» 😉 y nos acercamos a Betty’s Bay para visitar otra pingüinera. Por el camino las enormes y verdes montañas tan próximas al mar, las pesadas nubes, …la serenidad… algunas construcciones… el paisaje tenía un cierto punto muy Escocia, recordaba a la Highlands.

La pingüinera de Betty´s bay nos pareció algo escondida o quizás algo mal señalizada. Es diferente a la de Boulder, menos escénica porque no tiene los vistosos piodrolos, pero tiene más aves y es mucho mas íntima al llegar menos autobuses de turistas.

Hay cientos de cormoranes, cómodas pasarelas, algunos paneles informativos, unos mínimos restos de una industria ballenera y de un barco hundido…algún chiringuito…

La entrada era muy económica, aquí no vale la Wild Card.

También recuerdo que el día que hicimos el vuelo de las ballenas, de regreso a Hermanus, paramos a tomar nuestro picnic en una laguna que nos recibió llena de flamencos. Y recuerdo que una de las tardes nos acercamos hasta Grotto Beach a ver las ballenas desde las dunas… No llegamos hasta el P.N. de Aguhlas, realmente el punto más meridional de África donde se encuentran el océano Atlántico y el Índico.

Confieso que ni si quiera nos dio el punto de acercarnos a alguna de las bodegas o alguno de los lugares de interés que llevaba anotados…Reservas Naturales… Fue imposible despegarnos del paseo, de los prismáticos, de la cámara… de las ballenas… Estábamos completamente abducidos, era lo que realmente nos llevó allí y lo que queríamos.

¿Y por qué no hicimos avistamiento de ballenas desde embarcación? Estuve mirando algunas webs para conocer el grado de ética de las diferentes empresas y en general me parecieron correctas. No reservamos nada aunque llevábamos en mente hacerlo. Una vez allí nos dimos cuenta que las embarcaciones tienen prohibido el acceso al saco interno de la bahía donde se encuentran las cercanas ballenas. Los barcos de avistamiento se mueven por el arco exterior donde hay menos animales…y por suerte los muchos barcos tienen prohibido acercarse a la ballena. Es el animal el que decide si acercarse o no. Me pareció correcto.

Pero fuera de la bahía había bastante mar de fondo y fue la mala mar quien nos convenció de quedarnos en la costa mirando y remirando absortos las incontables ballenas que abarcaban nuestros ojos, nuestros prismáticos, nuestros objetivos.

También llevaba en la cabeza la posibilidad de alquilar un kayak si nos daba el punto pero durante los días que estuvimos no estaban saliendo por el viento y/o mala mar.

Sudáfrica es uno de los destinos emblemáticos para ver al gran tiburón blanco desde una jaula sumergida. Me encantaría conocer al gran blanco… pero NO estamos de acuerdo con la metodología usada. NO somos partidarios del denominado “feeding”, es decir, no estamos de acuerdo con la alimentación de animales con fines turísticos. Y tampoco somos partidarios del uso de reclamos/cebos (“chunk”) para atraer a los animales con los mismos fines turísticos. Te dejo aquí más información.

Estas prácticas, reclamo, atracción y/o premio-recompensa, tienen impactos desconocidos o aún poco estudiados. Por coherencia con nosotros mismos hemos preferido no realizar la actividad. Como turistas ya dejamos muchas huellas…ésta podemos y queremos evitarla.

Los días pasaron rapidísimo… y con pena el viaje llegaba a su fin.
La vuelta desde Hermanus a Ciudad del Cabo fue por la costa disfrutando de las vistas panorámicas y de los miradores de la Whale route.

Por el camino volvemos a encontrar los contrastes que salpican Sudáfrica…

Como íbamos con algo de tiempo paramos en el jardín botánico Kirstenbosch declarado Patrimonio de la Humanidad. Recorrimos algunos de los senderos disfrutando de los muchos verdes y las muy diferentes flores, … de sus aves y pequeña fauna… paseamos por la curiosa pasarela con vistas al dosel de los árboles, a Table Mountain y a la city… Y allí pusimos fin a nuestro salvaje viaje animal 😉

Sin duda, hay destinos que sorprenden, otros enamoran, encantan… y otros definitivamente enganchan. Sudáfrica por su fauna nos atrapó, y este viaje fue el comienzo de nuestra adicción a Kruger National Park, nos volvimos Krugeradictos 🙂 y hemos regresado varias veces a hacer safaris por libre.