En nuestro viaje de 21 días por Japón, usamos Kioto como base durante 6 días. Dedicamos 3 a recorrer la ciudad, y desde allí nos acercamos a conocer Nara, Miyajima, Himeji, Osaka y Koyasan. Aquí y aquí os conté lo que vimos los dos primeros días; el templo de Plata, el de Oro, el bosque de bambú, Fushimi Inari y sus miles torii rojos,… Hoy nos esperaban nuevos templos, santuarios, barrios con solera, jardines en modo otoño… y un puñado de obras.

Aquella mañana de noviembre tomamos un bus para ir al barrio de Higashiyama. Comenzamos explorando los alrededores del Templo Chion-in. Se encuentra en obras hasta la primavera de 2020 pero pudimos acercarnos a su enorme puerta Sanmon. Es del siglo XVII y con sus 24m x 50m es la más grande del país.

El templo es gratuito y sus terrenos siempre están abiertos, el par de jardines que posee son de pago. Aquí puedes consultar precios y horarios.

Justo al lado se encuentra Shorenin Temple. También cotilleamos las fachadas y los alrededores. Tiene un pequeño jardín que iluminan las noches de otoño y primavera. Abre todos los días, cuesta 500Y. Aquí puedes ampliar la información y consultar horarios.

Desde el templo fuimos paseando al cercano Maruyama Park, un pequeño parque en una estratégica ladera con vistas a la ciudad. Estaba en modo ramas espeluchis y también estaba un poco en obras.
Este Parque es uno de los lugares más famosos para disfrutar de los cerezos en flor en la primera quincena de abril. Al parecer por la noche iluminan un enorme cerezo llorón convertido en todo un símbolo del parque.

Desde esta zona parten un par de empinados senderos, que en 30-45 minutos te llevan a las plataformas de observación de Shogunzuka. Nosotros no subimos pero te dejo aquí más info por si quieres caminar, y disfrutar de las vistas panorámicas de Kioto desde las montañas de Higashiyama.

Atravesamos el parque y tropezamos con el cercano Santuario Yanaka, también conocido como Santuario de Gion, uno de los mas importantes de Kioto. Aquí se celebra en julio el festival mas multitudinario del país, el festival de verano Gion Matsuri.

Aún era temprano y todo estaba muy tranquilo, un monje limpiaba las tarimas del escenario de baile, unos abuelos se lavan las manos y labios en la clásica fuente de abluciones,…
Por la noche encienden todas las linternas de papel, llenando el lugar de ténue luz y magia. Siempre está abierto y es gratuito.

Continuamos paseando hasta el cercano Kodaji Temple. Aquí también es posible disfrutar de la iluminación nocturna de los jardines en primavera y otoño.

El templo acababa de abrir, estábamos casi solos, y fue un paseo muy molón y agradable. Tropezamos con un par de pequeñas casas de té, un mausoleo, un museo de objetos lacados…

…minimalistas salas, coquetos pasillos… y oportunas ventanas que enmarcaban el otoño…

Vimos delicados jardines de musgo donde dos mujeres usaban pinzas y paciencia ¿o pa-ZEN-cia? ☺ para limpiarlo con cuidado. En un silencio muy zen, retiraban hojas y mimaban los diminutos brotes.

Encontramos muchos de los elementos clásicos del paisajismo japonés, el estanque cuya isla suele representar a las longevas y sabias tortugas, un pequeño jardín de rocas,… puentes…

Atravesamos a solas un pequeño y coqueto bosque de bambú que sube y baja por una ladera. No hace viento y no se escucha su sonido. Ya te comentaba en el post anterior que es tan bonito y característico, que está declarado por el gobierno como uno de los “100 sonidos a perservar en Japón”.

En el enorme terreno también encontrarás el vecino Templo Entokuin que posee dos jardines zen de rocas, y cuya entrada cuesta 500Y. Nosotros no lo visitamos.

Kodaiji Temple abre todos los días de 9 a 17:30h. La entrada básica cuesta 600Y, incluye templo, museo y jardines. 900Y si se combina con el Templo Entokuin. Aquí puedes actualizar precios y horarios.

Justo al lado se encuentra Ryozen Kannon. Puede visitarse por unos cuantos yenes, pero nosotros nos conformamos con ver desde la puerta la enorme estatua de la diosa Kannon, la diosa de la misericordia. Mide unos 24m, es de acero y hormigón, y al parecer, es un monumento conmemorativo dedicado a los fallecidos en la II Guerra Mundial.

De ahí nos fuimos a pasear por el famoso barrio de Higashiyama. Subimos y bajamos las turísticas cuestas de Sannenzaka y Ninenzaka. Históricas y estrechas calles con edificios de madera, sauces llorones,… mucho ambiente y mucha solera.

Están plagadas de pequeñas tiendas tradicionales donde se mezcla el té, con los suvenires, …helados… pasteles, restaurantes… Viejos locales que han usado y usan miles de peregrinos y turistas a lo largo de los siglos y siglos.

Allí nos cruzamos con unas maikos, las aprendices de geishas. Aunque lo habitual es verlas por la tarde noche cuando van a trabajar, también hacen vida diurna y cotidiana. Compran maquillaje, pelucas, decoraciones para los peinados, asisten a clases de música y danza…

Nos quedamos tan hipnotizados con las maikos que nos dejamos atrás la famosa pagoda Yanaka. No quedaba nada lejos, pero nos fuimos en sentido contrario para visitar el famoso Templo Kiyomizudera.

Sabíamos que el bonito balcón del “templo del agua pura” estaría en obras hasta marzo de 2020, pero aún así creíamos que merecía la pena visitarlo. Es cierto que con la obra se pierden las maravillosas vistas desde el balcón y que los andamios quitan encanto. Pero aún así Kiyomizudera tiene su mucho punto. Es uno de los templos más visitado de la ciudad y sus vistas son siempre preciosas, sobre todo en otoño y primavera.

“Kiyomizu” es más que su famoso balcón. En las escaleras que da acceso al templo ya pueden verse rojas pagodas, enormes puertas decoradas con mil detalles,…

…turistas armadas de kimonos, … y unas bonitas vistas panorámicas de la ciudad y del atardecer.

En el interior hay diferentes salas y salones, edificios secundarios, pequeños templos, un establo, dragones,… y una enorme y curiosa fuente de abluciones, …

Encontramos escaleras, algún torii de piedra con cicatrices de terremotos… la típica venta de amuletos, tablillas, inciensos…

Paseamos por un pedacito de bosque con preciosas vistas a la pagoda Koyasu, al templo en obras y a la ciudad en el horizonte.

Molaba mucho el contraste de la oscura madera con los rojos arces. En la segunda quincena de noviembre y en primavera el templo amplía sus horarios para disfrutar de la especial iluminación nocturna.

En este templo Kiyomizudera, todos los finales de año, se lleva a cabo un curioso ritual. Durante unas semanas de diciembre los japoneses votan una palabra que resume el año que acaba. La palabra elegida, será escrita por un monje en un evento público y dejada aquí en exposición durante unos días. Os lo contaba en este post titulado “El kanji del año”.

Pese a las obras y andamios robadores de encantos, nos gustó mucho la visita a este templo Top que se desparrama en las laderas.

Kiyomizudera Temple abre todos los días de 6 a 18h (18:30h fines de semana y festivos), cuesta 400Y. Aquí podéis ampliar la info y actualizar precios y horarios.

En los primeros posts nipones os comenté que en casi todos los templos y santuarios, en estaciones de trenes, incluso en algún restaurante… encontrarás tinta y sellos que podrás usar para estampar en tus cuadernos viajeros. Hay sellos digamos normales, que tu te estampas en cualquier libreta tuya o donde quieras.

Y hay otros más especiales que sellan los monjes en unos cuadernos molones destinados a este fin. Los cuadernos se llaman goshuincho, hay de muchos tipos, rondan los 1500Y y se compran preferiblemente en los templos y santuarios. En tus visitas te irán sellando y/o caligrafiando la fecha, el nombre del lugar… Tienen su punto, son un original recuerdo por un donativo de 300-500Y.

También los tickets de los templos y santuarios tienen su mucho punto, al menos para mi y mis freakismos ☺ Me traje unos cuantos sellos vulgaris y unas cuantas entradas, hay algunas muy molonas.

Dejamos atrás “Kiyomizu” y fuimos callejeando hasta el Templo Sanjusangendo, un templo del siglo XII, famoso por las 1001 estatuas de la diosa Kannon que posee en su interior.

Con sus 120m, dicen que es el edificio de madera más largo de Japón, y realmente es enorme, se ve imponente.
Dentro no podrás hacer fotografías. Abre todos los días de 8 a 17h (de 9 a 16h de mediados de noviembre a final de marzo). Cuesta 600Y, aquí puedes actualizar precios y horarios.

Callejeando por sus alrededores encontramos pequeños templos que suelen estar muy tranquilos, como Yogenin Temple, y el pequeño Hojuji Temple,… Nosotros nos acercamos hasta el interesante Templo Tofukuji donde el protagonista absoluto sería el rabioso otoño.

Los edificios de Tofukuji eran sencillos y discretos, pero los jardines eran muy espectaculares. A ratos ordenados, a ratos más salvajes y naturales.

Todo estaba salpicado de puentes, pasarelas, preciosas galerías de madera,…

Nos gustó mucho el asalvajado valle, los contrastes de los oscuros tejados con los cálidos colores del otoño… El lugar es tan bonito y fotogénico que cuando se hacen fotos realmente se enmarcan solas.

Nos pareció un templo perfecto para disfrutar del momiji. Tofukuji Temple mola.

También pueden visitarse un par de jardines zen de arena y rocas. Abren todos los días. Aquí puedes consultar los precios de las distintas entradas y horarios.

Durante todos los posts de Japón, os he dado el coñazo, la lata, con el otoño y sus colores. No es solo paranoia mía, la observación de otoñales colores o momiji, y el hanami o la contemplación de la floración de cerezos y ciruelos, son todo un evento nacional. Ya os comenté en el post de preparativos, que en la tele, al igual que se pronostica el tiempo, se informa con mapas del avance del otoño y de la primavera por el país. En algunas ciudades como Kioto encontrarás, en estaciones y avenidas, carteles como este informando del color exacto de las hojas.

A la salida de Tofukuji comimos algo y volvimos a pasar la tarde en Gion. En el post anterior, os comenté que en este histórico barrio es habitual cruzarse con maikos y geishas cuando al anochecer van a trabajar, y que es muy importante respetar la señalización, hacer fotos con educación, distancia, mucho respeto y solo donde está permitido. Desde el otoño de 2019 se han endurecido las multas y medidas.

Aquella tarde noche nos cruzamos con algunas maikos, las aprendices de geishas. Aunque para el turístico ojo inexperto ambas pueden parecer iguales no lo son. Sus vestimentas están repletas de un código de colores, matices y diferencias, que dan información del grado de la aprendiza; si lleva poco tiempo formándose usará detalles en color rosa, si es más avanzada usará el rojo, también hay diferencias en los adornos, en la forma en la que llevan pintados los labios, en los elaborados cinturones llamados obi, en el curioso maquillaje de la nuca,…

En verdad son estas maikos, las aprendices, las que visten los kimonos mas llamativos, elaborados y decorados peinados, más maquillaje… Las geishas son mucho más discretas, usan kimonos y peinados más sobrios, sandalias más bajas y menos complementos. La mayoría de turistas cuando decimos que hemos visto una geisha… probablemente se trataba de una maiko.

También os comenté que su profesión no tienen nada que ver con el sexo, son relaciones públicas, artistas y auténticos patrimonios culturales vivientes. Las primeras geishas de la historia fueron hombres, tamborileros que amenizaban las veladas, partidas de juegos, cenas… Hasta que una mujer irrumpió en el negocio ofreciendo danza, poesía, música,… y con una oferta más culta y completa, abrió un nuevo mercado diferente al ofrecido por el tambolirero y las prostitutas.

Conscientes de su mucho atractivo cultural y turístico, las geishas se adaptan a los cambios y hoy los guiris podemos participar en la ceremonia del té, asistir a espectáculos de música y danza… y aprender más de este hermético mundo conocido como el mundo de la “flor y el sauce”.

Callejeamos por los shotengai o calles comerciales cubiertas de Teramachi y Shinkyogoku. Aquí hay tiendas de todo tipo con precios más económicos que los centros comerciales, locales con solera donde cotillear, el pequeño santuario Nishiki Tenmangu…

El castillo Nijo se ubicaba cerca de nuestro hotel. Aunque es pequeño, está declarado Patrimonio de la Humanidad. Solo lo vimos por fuera. Aquí podéis consultar precios y horarios. Si tienes un punto freak, te puede interesar el Museo Internacional del Manga. No queda lejos, aquí puedes ver como llegar y ampliar info.

Nosotros le dedicamos algo más de tres días a Kioto y no da tiempo a ver todo y disfrutar de todo. Aunque vimos mucho, no visitamos el famoso mercado Nishiki, ni el Palacio Imperial… con 2000 templos y santuarios son muchos los se quedan en el tintero, …tampoco pudimos acercarnos a lugares interesantes de los alrededores…
Para que te ubiques, y a modo de resumen, te dejo aquí todos los atractivos de la ciudad ordenados por zonas para que puedas organizar tu visita:
Kioto Centro: Estación Central, Torre de Kyoto, Mercado Nishiki, castillo Nijo, Palacio Imperial y el Palacio Sento, los Templos Honganji y el pequeño jardín japonés Shoseien, barrio Pontocho, el Museo del ferrocarril, un acuario diminuto y el Museo Internacional del Manga.
Kioto Este: Templo Kiyomizudera, distrito histórico de Higashiyama, Templo de plata Ginkakuji, Templo Nanzenji, Templo y jardines Eikando, barrio de Gion, Templo Kenninji, Camino del filósofo, Templo Kodaiji, Templo Shorenin, Santuario Heian, Templo Chion in, Templo Shinyodo, Santuario Yasaka, Parque Maruyama y el Museo Nacional de Kioto.
Kioto Sur: El famoso Santuario de Fushimi Inari, Templo Tofukuji, Templo Daigoji, Templo Toji con la pagoda mas alta de todo Japón, Templo Mampukuji.
Kioto Norte: Kinkakuji Temple más conocido como Pabellón Dorado o Templo de Oro, Templo Ninnaji, Ryoanji y su famoso jardín zen de rocas, Templo Kitano Tenmangu, el complejo de templos Daitokuji, los santurarios de Kamo, Templo Enkoji.
Kioto Oeste: Arashiyama, Templo Tenryuji, Templo Daikakuji, Villa Imperial Katsura, Templo Myoshinji, Templo Yoshiminedera en las montañas, aquí se puede contratar un pequeño crucero fluvial en barca tradicional, o tomar un turístico y viejo tren que recorre un pintoresco valle.

En las afueras de Kioto también hay otros lugares de interés como el Monte Takao famoso por sus bosques, templos y colores de otoño, la coqueta y rural Ohara con el Templo Sanzenin, Kurama famosa por sus aguas termales y senderos, Kibune y su santuario en las montañas.

Te comentaba al comienzo del post que nosotros desde Kioto visitamos Nara, Osaka, Miyajima, Koyasan, Himeji y Monte Shosha. Pero también quedan cerca localidades interesantes como Uji, Kobe, Iga, Ueno, Kinosaki y sus balnearios, …
También os puede venir este enlace, esta página de turismo, y este para organizar y diseñar itinerarios-rutas.

A finales de noviembre ya huele a Navidad en Kioto. Nos despedíamos de la ciudad con algún árbol y luces de colores… y con algo de pena, no nos hubiera importado dedicarle algún día más.
Pese a que algunos rincones los encontramos muy concurridos, Kioto enamora y nos enamoró. Preciosa de día y de noche. Sin duda la milenaria Kioto y su otoño están en los primeros puestos Top de nuestro viaje por Japón.
Que post tan estupendo por la información, las fotos y detalles muy interesantes.
Las japonesas a lo tradicional veo que os las habéis traído todas. Jaja, y seguro que a alguna postiza también.
Me encantan los bosques de bambú, aunque no sé cómo hacen para que no les invadan todo, aquí, no sé si por el cambio de habitat o qué, son super invasivos. ¿Sabéis algo sobre esa dudilla que tengo?
Lo de las mujeres-paciencia con pinzas, bueno, bueno, ¡impresionante!
Genial, muy bonito, muy relajante.
Feliz Semana !!!
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Gracias compañera 🙂 me alegra que te haya gustado y relajado el paseo 🙂 muchas gracias por acompañarme.
jajaja postizas había muchas 🙂 eso de alquilar el kimono/yukata para pasear es más habitual de lo que imaginaba.
A mi también me mola mucho el bambú 🙂 no sé mucho sobre él, pero sí te puedo decir que hay distintas especies/ variedades, y que algunas son más invasivas que otras. Supongo que en Galicia es la invasiva,… y que vuestra humedad y temperaturas les viene muy bien.
Espero que no se convierta en otro problema como los eucaliptos… Cuando lleguen a Galicia los pandas o los koalas 😉 me avisas.
Un abrazo zen 😉 feliz semana para ti también!
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Jajaja, te avisaré tanto de los koalas como de los pandas, descuida. 🙂 🙂
No me extraña que las extranjeras se vistan de nacionales porque es una vestimenta a la vistas muy atractiva para unas fotitos.
Lo del bambú conozco las clases y que el verde es menos invasivo que los otros, aún así las esporas se esparcen con facilidad y son de dificil control.
Aquí entre el agua y un poco de sol todo crece a la velocidad del rayo. Desconozco en qué tipo de suelo y clima crecen los de Japon. Perdona pero lo mío son las plantuquis. Jaja.
Otro abrazo Zen, el tuyo ha sido un lujo. 🙂 🙂
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😀 jajaja ya sabes cuanto me gusta un bicho 😉
Las plantas también me molan 😀 aunque no controlo mucho del asunto 😀 Tengo algunas, entre ellas un par de joyitas 🙂 un helecho arbóreo y una Hoya carnosa que son mis tesoritos 🙂
Pues el bambú es una gramínea, y para reproducirse por semillas deben ser plantas adultas,… puede ser el problema, pero sospecho que quizás el quid de la cuestión son los rizomas, sus potente entramado de raíces de las que brotan y brotan nuevos tallos antes de que la planta sea adulta. Esporas no son, porque no tienen, pero no me hagas mucho caso 🙂 Ni idea de la similitud entre los suelos, ni el clima, solo sé que Japón presume de tener 4 estaciones diferenciadas como nosotros 🙂 por aquella latitud lo habitual es diferenciar solo 2 estaciones, la seca y la húmeda… y a ellos eso de tener 4 estaciones les encanta 😀
Lo de los kimonos es gracioso, porque claro…incluye el calzado 😀 imagina unas chanclas del dedo rígidas con calcetines blancos para caminar-turistear 😀 Hay quien lo alquila para pequeños paseos y aguantan, pero hay quienes alquilan para turistear mucho rato y acaban mezclando el kimono con botas, con playeras, con tenis,…con el calzado normal que llevara ese día para caminar-turistear 😀
Nada que perdonar 🙂 faltaría más 😉 un placer charlar contigo de viajes, de plantukis y kimonos 🙂 Un abrazo botánico 😉
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Me encantan los helechos en general y el helecho arbóreo es preciosoooooo. 9Intenté helechos en el pasado pero siempre se me dieron fatal. 😣 Lo dejé por imposible.
Se me fue la pinza y en vez de rizomas salió esporas, falta de sueño que anda una. 😈
Lo de las extranjeras con kimono y lo que me cuentas me ha parecido muy divertido. Imagino lo que son los calcetines metidos entre los dedos con chanclas imposibles, para eso hace falta mucho entrenamiento. No es para guiris Jaja. Debe hacer daño a los ojos la mezcla de kimono y playeras, botas o lo que sea. En fin, cosas del turisteo. 😂😂
Super botánico el abrazo y seguiremos plantukiando. 😊😊😊
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Mi helecho está en macetón y ya le vendría mejor suelo/arriate (que no tengo)… pero aún así, el año pasado para mi sorpresa total… después de años juntos… dejó caer esporas… cayeron accidentalmente en otra maceta y salieron dos nuevos 😀 Por lo que me dicen, con esta especie y en maceta, es algo como complicado/remoto/muy poco probable… pero accidentalmente pasó 🙂 Este año debo transplantarlos sin falta… y tiemblo 😦 los transplantes se me suelen dar fatal 😀 !!
😀 Y eso que las chanclas turísticas son, digamos, la versión light 😀 las hay con unas cuñas/plataformas imposibles 😀 jajaja
Besitos!
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Que envidia con tu helecho prolífico y en expansión!!! 😊😊😊
Sin envidia con las plataformas imposibles 🤣🤣🤣 ufff
Besossss
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Greatt post
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Thanks Andrea 🙂 greetings from Spain.
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