Te Cuento de Viajes

Es el segundo fin de año que pasamos en nuestra vecina y querida Portugal. Recibimos el 2015 en Lisboa, y este 2020, lo hemos comenzado en Oporto.

Aunque para ser correcta y educada con los portuenses o tripeiros debo decir Porto. Al parecer, no les gusta que llamen Oporto a su ciudad, y por ello, un poco hartos y con humor, eligieron el slogan turístico de “Porto y punto”. Así que a partir de ahora la llamaremos Porto.

Han sido tres noches en un destino al que le teníamos muchas ganas y que nos ha enamorado. Habíamos visto muchas fotos de sus preciosos y coloridos barrios empotrados en la orilla del Duero, de sus puentes,… Habíamos leído y escuchado de sus encantos … pero la realidad es que nos ha sorprendido mucho, creo que las fotos no hacen justicia ni a su mucha belleza ni a su tamaño. Nos ha parecido más monumental y encantadora de lo que imaginábamos.

Hemos tenido suerte con la meteorología, y aunque la Navidad tiende a masificar las turísticas ciudades, también las dota de un ritmo y ambiente distinto.

Con trescientos mil habitantes, un buen puñado de cuestas y todo su histórico centro declarado Patrimonio de la Humanidad, es una ciudad coqueta, manejable y recogida. Puedes dedicarle uno o dos días para ver lo principal, tres para recorrerla con menos prisas, cuatro para conocer sus alrededores… o dos y medio como hicimos nosotros, para poder asomar una mañana la nariz a la vecina localidad de Guimarães, a unos 50 km de Porto.

Además de Guimarães hay muchos lugares interesantes para conocer en sus alrededores, el barrio costero de Matosinho, la cercana Aveiro con sus canales y esteros, la universitaria Coímbra, … Dependiendo del número de días, y de tu ritmo viajero, se pueden hacer combinaciones muy interesantes.

Si vives en la Península puedes organizar un interesante roadtrip desde tu ciudad. Algunas distancias serán más largas y precisarán de más días, pero seguro que merece la pena. Estamos rodeados de Patrimonios de la Humanidad, quizás en tu ruta te pilla de paso la monumental Mérida, o Salamanca, o Toledo,… Hay muchos rincones lusos Patrimoniales y curiosos, que puedes incluir en tu recorrido.

Si no te gusta la opción carretera y manta, o te pilla lejos o no tienes tiempo, también puedes llegar a Porto en avión. Ir desde el moderno y cercano aeropuerto a la ciudad es fácil y económico, en metro se tarda apenas media hora y el billete cuesta menos de 2€. Aquí puedes ampliar la info si llegas por aire.

Nosotros desde nuestro gaditano Sur hemos hecho un roadtrip de unos 2000km aprox. en 7 días, 6 noches. Hemos recorrido un poquito de Extremadura, Salamanca y Portugal, visitando; Trujillo, Cáceres, Miranda del Castañar, La Alberca, La Peña de Francia, Ciudad Rodrigo, Porto, Tomar, Batalha, Aveiro, Guimarães. Aquí compartí un resumen del itinerario, hoteles,…

Ha sido una escapada algo improvisada, no quisimos reservar nada porque estábamos pendientes de las borrascas. Pero después de la tempestad suele venir la calma, y cuando apareció un oportuno anticiclón nos decidimos a reservar tres noches en Porto. Elegimos el Século Hotel, por tener parking gratuito, desayuno incluido, lo pillamos con buen precio y nos pareció muy correcto. El resto de alojamientos los improvisamos y reservamos sobre la marcha usando Booking.

Llegamos temprano a Porto, por suerte en el hotel pudimos dejar el coche aparcado, incluso pudimos hacer el check in. Con zapatos cómodos, 7ºC, un cielo azul y muchas ganas nos fuimos caminando al centro de la ondulada ciudad.

La bajada desde el alojamiento es cómoda y fácil, apenas 15-20 minutos para llegar al corazón comercial y peatonal de la Rua Santa Catarina. La subida es otra historia, se suele tardar el doble, pero muy cerca del hotel hay una parada de metro, perfecta por si las piernas no responden a última hora del día.

Porto tiene la línea de metro más larga de Portugal, es económica y hay bonos que permiten ahorrar unos euros. También puedes usar el bus, o algunas de las tres interesantes líneas de los clásicos tranvías:

– El tranvía nº1 sale desde la iglesia de San Nicolau hasta Foz, es el recorrido más largo y va paralelo al río.
– El nº 18 conecta el barrio de Cordoaria con el museo del carro eléctrico/ tranvía.
– El nº 22 es el trayecto más corto, y puede servir para ahorrarse alguna cuesta desde la iglesia del Carmen a la Plaza de Batalha.

Para disfrutar del paseo sentados y más tranquilos, es mejor elegir horas rarunas, temprano, al mediodía, o a última hora para ver la ciudad iluminada, … El ticket simple ronda los 2.5€ y se puede comprar a bordo, el bono 24h ronda los 8€, la entrada al museo del carro eléctrico incluye un paseo en tranvía por la ciudad.

Pese a sus muchas cuestas, Porto es una ciudad para pasearla y caminar por sus laberínticas calles y ribera. Si te apetece una perspectiva diferente puedes contratar un turístico tuk tuk, o un escarabajo descapotable, usar el teleférico, hacer un crucero fluvial…

Para ahorrar algo de dinero se puede comprar la tarjeta turística Porto Card. Hay distintas modalidades, con o sin transporte, para 24h, 48h… Es personal e intransferible. Incluye entrada gratis a algunos atractivos y descuentos en los principales museos, monumentos… Nosotros no la compramos.

Si compensa comprarla o no dependerá de lo mucho o poco que quieras visitar o vayas a usar el transporte público. Se compra en las Oficinas de Turismo, hay una oficina junto a la catedral y otra en la céntrica Rua Clube dos Fenianos. Abren todos los días de 9 a 20h.

El precio depende de la modalidad, por ejemplo 24h sin transporte puede costar 6€, y 13€ con transporte. Estos son precios de 2019, aquí puedes actualizarlos y ampliar la info sobre esta tarjeta.

Otra forma de ahorrar es comprando entradas combinadas, por ejemplo algunos tours fluviales incluyen de forma adicional visitas a bodegas, catas de vino, buses turísticos,…

Nosotros comenzamos la mañana caminando. Los comercios de la Rua Santa Catarina ya estaban abiertos, y en la calle comercial se respiraba Navidad, consumismo y turismo, … Porto es la segunda ciudad de Portugal en tamaño y población, y según nos comentaron, desde hace 2-3 años, se ha convertido en un destino de moda. Somos muchos los turistas, coincidimos con mogollón de españoles, …había ambiente, pero no agobios.

En la peatonal Rua Santa Catarina encontramos tiendas con bonitas fachadas, castañas asadas, iluminación navideña que a esas horas matutinas duerme…

En una de sus esquinas pronto apareció la Capela das Almas, que con sus 16 mil azulejos es una de las iglesias favoritas de los locales. Es del siglo XVIII, el “alicatado” es del siglo XX y ha sufrido varias restauraciones.

Pese a que los colores blanquiazules son de influencia China y fueron muy usados en Flandes, a mi me resulta una fachada muy made in Portugal. Hay otras iglesias algo blanquiazules como la del Carmen, la de San Ildefonso y la de los Congregados… La entrada a los templos, suele ser gratuita o rondar los 2-3€.

Aquí, al igual que ocurre en la capital lisboeta, las fachadas de muchos edificios se encuentran cubiertas de coloridos azulejos. Se han convertido en todo un símbolo cultural del país. A mi me encantan, dan personalidad y regalan una solera multicolor.

Estuve muy pendientes a ellos y me traje una pequeña colección de fotos, los hay descoloridos con cicatrices, ilesos y relucientes… En las muchas tiendas de recuerdos encontrarás pequeñas réplicas de azulejos convertidos en imanes, junto a sardinas de trapo-patchwork, complementos de corcho, paños lusos,…

No muy lejos de la blanquiazul capilla de las Almas, en el nº 112 de Rua Santa Catarina, se encuentra el histórico Café Majestic. En 2011 fue considerado el 6º café más bonito del mundo.

Era el alma cultural de la ciudad, acudían las personalidades del momento y se realizaban tertulias, conciertos de piano, firmas de libros… Hoy acude un reguero de guiris…es la cafetería más famosa y turística de Porto.

Aquí podrás tomar el café más diminuto y caro de la ciudad, rodeado de lámparas de forja, clásicas maderas, espejos… Fue inaugurado en 1921, y durante el primer año se llamó Élite.

Se cuenta, se rumorea, que aquí J. K. Rowling escribió las primeras líneas de Harry Potter…otros lo dudan. Quizás por un algo de “Harrypottermania” y por su mucha belleza, las colas de acceso son habituales, al menos es lo que vimos en fin de año.

Los portugueses son muy amantes del café, Lisboa y Porto están plagadas de cafeterías. Nosotros pasamos de la cola y no entramos en el histórico Majestic, nos conformamos con ver su portada Modernista y echar un vistazo tras sus cristales.

Al final de esta calle principal, encontramos las fachadas Art Nouveau de la librería Latina y de la antigua joyería Reis & Filhos. Cuentan que la librería colocó un bustos de Camoes, el famoso poeta luso, y que para hacerle compañía, la joyería instaló el dorado busto de una dama. El poeta mira a la dama, pero ella mira al infinito, al frente, … este no cruce de miradas hace que algunos llamen a la Rua de Santa Catarina, la Rua del amor no correspondido.

Santa Catarina acaba, y nos encontramos con la bonita estación de São Bento. Merece la pena asomarse a su hall para ver los veinte mil azulejos que, a modo de enormes lienzos pintados a mano, representan situaciones históricas del país.

Conquistas y desembarcos, coronaciones de reyes… vendimiadoras y lavanderas,…
regalan saludos a los muchos pasajeros de esta emblemática estación de tren, que conecta Porto con localidades cercanas como Guimarães, Coímbra, Braga, Aveiro…

Con sus ventanales, altos techos, los típicos azulejos blanquiazules y poli cromáticos, …un sencillo suelo blanquinegro, está considerada como una de las estaciones más bonitas de Europa y del mundo. Al atardecer y de noche, el hall tiene una luz especial.

Cerca se encuentra la iglesia de los Congregados, detrás de ella la de San Ildefonso, alrededor algunos puestos navideños,…

De camino a la cercana catedral nos acompañan tramos de la muralla Fernandina, declarada Monumento Nacional. Desde el siglo XIV hasta mediados del siglo XVIII la ciudad se encontraba totalmente amurallada, fue con el crecimiento urbano cuando parte de los muros fueron destruidos y parte conservados como testigos de la Historia.

Hoy se puede caminar sobre las murallas de este cinturón medieval, tropezar con sus almenas y torres, con la vieja Puerta del carbón, o con la coqueta escalera de Camino Novo,…

En el Patrimonial centro histórico nos encontramos la catedral de Sé, también declarada Monumento Nacional. Es uno de los monumentos más importantes del país, y una visita recomendada para disfrutar de las vistas desde la colina más alta de la ciudad.

En ella se mezcla el Románico, el Gótico y el Barroco. En su interior posee un claustro alicatado, la casa del Cabildo, la sala del Tesoro… y se puede subir a sus torres para disfrutar de las alturas. La entrada es gratuita, pero para visitar el claustro, museos… hay que pagar 3€, 2€ con la Porto Card.

La amplia plaza es uno de los mejores miradores de la ciudad, a sus pies se desparrama el viejuno barrio de Sé, el más antiguo de Porto. Con su maraña de tejados, casas de colores, … y un laberinto de empedradas calles, es perfecto para pasear y llegar hasta la ribera del Duero, comer algo o escuchar fado…

La plaza está casi presidida por el llamado pelourinho, una columna de los ajusticiados, una picota que por suerte nunca se usó para colgar a nadie, se construyó como raruna decoración durante la dictadura de Salazar.

Aquí es fácil coincidir con muchos turistas, con los guías de los “free tours”, con alguna gaviota…

Hay muchos y diferentes miradores en la ciudad. En mi cuaderno viajero también llevaba anotados; la famosa Torre de los Clérigos, el emblemático puente de Don Luis I, el monasterio de la Sierra del Pilar, los jardines del Palacio de Cristal, el curioso ascensor rústico y gratuito de la Ribeira, el teleférico de Gaia, la terraza del hotel Don Henrique (se puede subir y consumir o no en el bar), el tranquilo mirador junto a la iglesia de los Grilos y el escondido Miradouro da Vitória.

Son todos interesantes, cambian los ángulos, orientaciones, perspectivas,… Visitamos varios, me sorprendió el mirador da Vitória, se encuentra en el corazón del antiguo barrio judío. Aunque es un pequeño y destartalado solar, sus vistas son molonas y se estaba muy tranquilo. Se encuentra cerca del Centro Portugués de fotografía, en un terreno privado, abierto hasta las 20h.

También las vistas cambian con las alturas, y por ello mola subir a la Torre de los Clérigos. Con sus casi 80 m, es el edificio más alto de la ciudad, y su mirador de 360º es el más famoso y visitado.

La esbelta torre de granito y algo de mármol, es el campanario de la iglesia de los Clérigos, llegó al ser el edificio más alto de todo Portugal, y sirvió de faro a las embarcaciones que navegaban por el Duero. Hoy está declarado Monumento Nacional y es todo un símbolo de Porto.

En el interior hay fotos y paneles que explican la profunda y reciente restauración del edificio, también hay una colección de iconos, antiguas imágenes religiosas, objetos sacros… Se puede visitar la ovalada iglesia de dos niveles, nosotros allí coincidimos con un concierto de órgano.

Si la meteorología acompaña, merece la pena esperar la habitual cola de acceso, y subir los 240 retorcidos escalones que nos llevan a las alturas de este histórico campanario. La entrada cuesta 5€, 2.5€ con la Porto Card.

Aunque la mañana que subimos estaba algo más neblinosa que la anterior, las vistas de la ciudad eran espectaculares. En días claros puede llegar a verse el Atlántico.

No muy lejos se encuentra la iglesia del Carmen y de los Carmelitas. Son dos iglesias casi adosadas, de un vistazo pueden llegar a parecer una. Pero si te fijas son de estilos muy diferentes y se encuentran separadas por un estrecho tabique. Al parecer la ley prohibía que dos iglesias estuvieran juntas, por ello construyeron una estrecha vivienda donde residía el cura o sacristán de turno.

Descubrirás muchas capillas, oratorios, conventos,… la iglesia de la Concepción, la de San Nicolás,… la iglesia de la Lapa con un cercano cementerio…

Una muy interesante es la iglesia de San Francisco, declarada Monumento Nacional, y una de las más antiguas de la ciudad. Su exterior puede parecer sobrio, pero su dorado y rococó interior sorprende. Está cubierto de oro, y es considerado como uno de los templos mas lujosos de Europa.

Tiene sala del tesoro, una cripta, un osario… y la prohibición de hacer fotos en su interior. La entrada cuesta 3.5€, ofrece 25% de descuento para los poseedores de la tarjeta Porto Card.

En la misma plaza de la iglesia, se encuentra una clásica estatua, el Palacio de la Bolsa y el rojo mercado Ferreira Borges.

El edificio de la Bolsa también está declarado Monumento Nacional, su fachada quizás resulta algo gris, pero dicen que la visita guiada a su deslumbrante interior merece mucho la pena. Son cada hora, y en cada turno, el primero que compra la entrada, elige en cual de los cuatro idiomas se guiará la visita.

Con algo más de tiempo hubiéramos entrado, pero nos quedamos en su hall con vistas al luminoso patio central. La visita cuesta 10€, ofrece 25% de descuento si se tiene la Porto Card.

El rojo y metálico mercado Ferreira Borges no tiene ni frutas, ni verduras,… alberga el Hard Club que organiza conciertos y espectáculos. Su curiosa arquitectura de hierro fundido y vidrio hace que esté declarado Edificio de Interés Público.

Durante nuestra visita ya habían comenzado las obras en el viejuno y genuino mercado de Bolhão, una pena porque era una joyita curiosa, me hubiera molado conocerlo. La reforma es grande y larga, …sospecho que el histórico y céntrico mercado perderá mucho de su caos y encanto con ella, pero seguro que seguirá mereciendo una visita.

Hay otros mercados en la ciudad como el de São Sebastião, cerca de la catedral, o el luminoso mercado del Bom Sucesso con interesantes lugares para comer o cenar.

Cerca de la ecuestre plaza, se encuentra el corazón de la Ribeira, la orilla del río Duero. Aquí callejeamos por la cara más conocida, famosa, y archi fotografiada de la ciudad…

La bonita Ribeira se desparrama entre el emblemático puente de hierro Don Luis I y el Puente de Arrábida, y mola mucho pasear por la orilla del río, entre fachadas de colores y coladas tendidas al sol…

Hay muchas terrazas y restaurantes,… algunos talleres de artesanos que venden pequeños barcos de madera,… turistas mezclados con locales… Es un paseo fluvial muy entretenido, panorámico y Patrimonial.

El ribereño y laberíntico barrio rebosaba vida, un poco de música… un mucho de Historia. En esta orilla del Douro se encuentra la Casa del Infante donde nació y vivió Henrique el Navegante, y donde se recibían las visitas oficiales. Fue también la antigua alfandega, la aduana de la ciudad, aquí llegaba el oro y plata de África, de las américas,… Hoy alberga una pequeña exposición y un pequeño mosaico romano. Nosotros no la visitamos, cuesta 2.5€, es gratis con la tarjeta Porto Card.

En ambas orillas encontrarás los típicos barcos de la ciudad llamados rabelos. Hoy ofrecen turísticos cruceros por el Duero, cenas a bordo, algunos compiten en regatas el día de San Juan,… pero en el pasado se usaban para el traslado de barricas cargadas de ricos vinos locales.

Porque hablar de Porto es hablar de sus históricos vinos con Denominación de Origen. Sus bodegas mas afamadas, Cálem, Ferreira y Sandeman, se encuentran en la otra orilla, en Vila Nova de Gaia. Ofrecen visitas guiadas y degustaciones, dicen que las de Ferreira y Sandeman son las más molonas.

Hay más de cincuenta bodegas, otras interesantes son la centenaria y renovada Poças, Croft, Ramos Pinto, Offley, Real Companhia Velha… hay catas para todos los bolsillos, los tours rondan los 6-15€.

Recuerda que una forma de ahorrar, puede ser comprando la entrada combinada que incluyen el crucero fluvial y visitas-catas a algunas de las bodegas. Hay varias compañías y distintos tipos de tours.

Nosotros improvisamos y contratamos el crucero básico y clásico, el conocido como «el de los 6 puentes”, lo hicimos al atardecer y nos moló mucho ver la ciudad y el río teñirse de dorados.

Nos costó 14€ por persona, no incluye cata, dura 1h aprox, y la megafonía daba información en varios idiomas. En determinadas fechas y horas pueden llenarse, pero la oferta es amplia y suele ser habitual encontrar plaza. Si es temporada alta, dispones de poco tiempo, y no quieres arriesgar, siempre puedes reservar en cualquiera de los muchos mostradores que encontrarás en la Ribiera.

A la vecina y bodeguera orilla de Vila Nova de Gaia se puede llegar en tren-metro, en bus, en barca …pero nada mejor que cruzar a pie por su emblemático puente de Don Luis I. Es un fácil paseo muy muy recomendable para disfrutar de una de las mejores vistas típicas-tópicas de la ciudad.

El ponte Don Luís I es todo un símbolo de la ciudad, fue construido en acero por una empresa belga, diseñado por un alumno y exsocio del famoso Eiffel, y llegó a ser el puente en arco más alto del mundo.

Tiene dos niveles, el inferior a unos 10 m, es compartido por vehículos y peatones, el superior a unos 62 m y con casi 400 m de largo, es compartido por peatones y por el tren-metro.

La pasarela superior es más amplia, cómoda y con mejores vistas. Es muy agradable pasear por ella y detenerse a disfrutar de los distintos ángulos, perspectivas…

Desde aquí son preciosas las vistas panorámicas de las dos orillas, de los vecinos puentes, de los rabelos que vienen y van,… Para mí, ver el atardecer desde la alta pasarela del icónico puente fue uno de los momentos top del viaje.

Porto puede presumir de doradas puestas de sol que bañan el Duero y las fachadas de la ribera, pero cualquier hora o momento es perfecto para pasear por el icónico puente… mola de día y de noche.

La noche lo cambia todo… se ilumina la ciudad y los principales monumentos, aparecen reflejos en el agua,… se despiertan las luces navideñas…

Hay muchas vistas interesantes y curiosas, sobre el puente, desde abajo, a su misma altura…

Porto es conocida por los portugueses como la «ciudad de la Virgen» debido a su escudo de armas, pero también es apodada como “la ciudad de los puentes”, hay más de media docena conectando ambas orillas del Duero.

Además del famoso ponte Luís I, está el puente María Pía también proyectado por el gabinete de Eiffel y en desuso desde hace décadas, el ponte da Arrábida que en su momento llegó a tener el arco de hormigón más grande del mundo, el doble ponte do Freixo, el puente del Infante… Desde donde mejor se aprecian todos es en el “crucero de los 6 puentes”.

Cuando cruzas a la otra orilla, llegas a Vila Nova de Gaia, Gaia para los amigos. Creerás que estás en Oporto, pero no, es otra localidad diferente.

Si has cruzado por la plataforma superior del puente de Don Luis te recibirá el blanco Monasterio Sierra del Pilar. Es de las pocas iglesias circulares en Europa, tiene un bonito claustro y es otro mirador espectacular para disfrutar de vistas panorámicas. El precio de la entrada varía si se quiere visitar el claustro o subir al cimborio, ronda 2-3€.

Si cruzas por la pasarela inferior, aparecerás junto al Duero, con su bonito paseo fluvial con vistas al precioso skyline de Porto, a los rabelos de alma nórdica…

En esta orilla de Gaia, es donde te comentaba que habita el espíritu del vino, aquí es donde se encuentran las principales bodegas del famoso vino de Porto. La vieja orilla bodeguera ha sabido explotar su potencial turístico manteniendo su solera.

Hay bares que ofrecen catas, restaurantes, un ambientado mercado gastronómico donde comer y probar vinos, terrazas con vistas…

También en esta orilla habita el espíritu del bacalao. Cuando se visita el país, es casi obligatorio disfrutar del bacalao en algunas de sus versiones. Los lusos presumen de tener más de mil formas de prepararlo, seguro que encuentras alguna que te gusta.

Y en nuestras fechas, también habitaba el espíritu de la Navidad, con forma de luces, mercadillos, turistas haciéndose selfies vintage, o subidos en patinetes eléctricos…

En Gaia puedes sentarte en el Jardim do Morro, otro mirador para disfrutar de las vistas y atardeceres, puedes llegar a las bodegas más alejadas usando el teleférico, perderte por sus calles sinuosas, sorprenderte con fachadas, tropezar con un poco de arte callejero,…

Nosotros callejeamos, subimos y bajamos algunas cuestas,… y nos encontramos un enorme conejo, una obra de street art llamada Half Rabbit, que es mitad graffiti, mitad collage realizado con residuos recogidos de la basura de la ciudad.

La orilla de Gaia tiene sus encantos, unas vistas excelentes de la colorida ribera de Porto, gastronomía, ambiente… Sin duda merece una visita… a ser posible de día y de noche,… los reflejos en el agua siempre son interesantes. Nos molaron mucho las vistas desde el mirador que da acceso a la taquilla del teleférico.

En ambas orillas encontrarás una amplia oferta de restauración, seguro que no morirás ni de sed ni de hambre. Hay pequeños locales rápidos donde comer unas clásicas y ricas bifanas (un rico bocata luso), tascas diminutas, restaurantes donde cenar escuchando fado, terrazas con vistas panorámicas al Duero…

Aquí hasta el McDonalds tiene su punto, dicen que es uno de los más lujosos y bonitos del mundo. Conserva la fachada Art Decó, mosaicos y lámparas de cristal del histórico café Imperial. A modo de excepción, las letras amarillo pollo de la mugrecompañía figuran en dorado a juego con el águila,… y cuenta la leyenda urbana que el imperial aguilucho pudo ser un guiño a los nazis.

Además del vino, bacalao, sardinas y pasteles de nata, … dicen que no puedes irte de la ciudad sin probar las típicas francesinhas, un guarrindoguillo plato local. Es un super sándwich gratinado relleno de filetes, salchichas frescas, jamón, queso… acompañado de una salsa que lleva cerveza, patatas fritas, … y a veces va coronado por un huevo frito. La verdad es que estaba rico, pero es contundente y quizás es mejor pedir uno para compartir. Hay muchas opciones, incluidas vegetarianas.

Encontrarás francesinhas en muchas partes, pero no todas están igual de ricas, los locales más famosos parecen ser el café Santiago, Lado B, Bufete Fase y O Golfinho.

Los amantes de la gastronomía disfrutarán, y los amantes de las compras también. En Portugal las rebajas comienzan antes que en España. Encontrarás típicas cadenas de ropa, marcas exclusivas, pequeños centros comerciales, grandes superficies a las afueras con algún outlet …

Las calles de Porto siguen salpicadas de viejos comercios con solera. Una de las mañanas la comenzamos haciendo cola para visitar una famosa librería, una catalogada como de las más bonita del mundo. Se llama Lello e Irmao, y seguro que si me lee algún fan de Harry Potter saben de qué librería hablo. Nosotros somos cero fan del mago, pero nos molan las tiendas y librerías viejunas.

Es curiosa la historia de esta librería que moría, y fue salvada por un libro de magia potagia. Hace unos años el local iba a cerrar, el edificio precisaba reformas, las ventas se habían desplomado… Pero quiso el destino que la británica J. K. Rowling pasara unos meses de su vida en la ciudad… y cuentan que se inspiró en esta librería para uno de los libros de su famosa saga. Muchos dicen que las escenas de la película se rodaron allí, pero no es cierto.

Hoy recibe a diario miles de visitantes. La entrada cuesta 5€, te los descuentan si compras algún libro. Los tickets se venden justo en el edificio de al lado, allí hay que dejar mochilas y bolsos grandes en una taquilla.

Las colas suelen ser perennes, dicen que son menores al medio día coincidiendo con la comida, o a primera hora de la mañana o a ultimísima hora de la tarde,… Nosotros cada vez que pasamos por allí vimos cola. Quizás son las fechas, las modas, que está declarado Monumento de Interés… pero estábamos allí antes de que abriera y nos tocó esperar un ratito.

Su bonita fachada es discreta, Neogótica y Modernista, y su interior un pequeño regalo. Predomina el rojo y la madera, altos techos, … una suave penumbra…

Sin duda, la estrella protagonista es la curva escalera doble que preside el local. En ella parece que todo el mundo quiere posar, hacerse un selfie, sujetar un muñeco, un libro, un cartel… Se llegan a formar puntuales atascos en la novelesca y sinuosa escalera.

A su alrededor se despliega todo un estrecho y ordenado mundo de libros y millones de historias, … guías de viajes, clásicos portugueses, un puñadito de obras traducidas a varios idiomas para los muchos turistas,…

Hay un rincón con escobas dedicado a Harry Potter, y una interesante espacio dedicado a obras raras y curiosas. Cuando la visitamos exponían una de las primeras ediciones de Pinocho, y unas enormes piernas de madera decoraban el interior.

La enorme vidriera del techo literalmente reluce, al parecer, gracias a los ingresos generados por los millones de turistas-visitantes, se ha podido limpiar por primera vez la luminaria. En ella ahora reluce el logo y emblema de la empresa familiar junto a la inscripción Decus in Laboro, que significa algo así como, orgullo por el trabajo.

La librería ha multiplicado sus ventas, se consiguen ingresos para mantener el edificio, genera empleo… Quizás este local puede ser un ejemplo de cómo un repentino sobreturismo puede ser bien gestionado y encontrar un equilibrio. Las aglomeraciones le roban encanto, pero gracias a ellas se ha podido conservar este hermoso continente y contenido.

Hay muchos más comercios con solera que me molaron. Auténticas reliquias, con curiosas fachadas que conservan su mucho encanto. Porto es una ciudad para callejearla con los ojos bien abiertos…

En algunas tiendas se vende bacalao seco, garbanzos a granel, dulces típicos,…productos locales… Otras están solo especializadas en latas de conservas y se han enfocado en el turismo.

En ellas encontrarás latas de sardinas, de huevas de bacalao, de salmón… Son algo más caras, pero puedes elegir la fecha que aparece en su tapa, o alguna edición curiosa… Hay quien las usa a modo de suvenir.

Una de ella es O mundo fantastico da sardinha portuguesa, cuyo interior parece sacado de un cuento y donde cabe hasta un pequeño tiovivo.

Otra de las tiendas de conservas más antiguas y conocidas es Casa Oriental, que en sus orígenes, allá por 1910, comerciaba con exóticos productos que venían de América, África, oriente…

Hay muchas tiendas encantadoras, molonas y muy conocidas, como A Perola do Bolhão, Mercearia do Bolhão, A vida portuguesa,…

Pero también hay curiosas librerías viejunas, vinotecas, tiendas de artesanía… y pastelerías donde probar los lusos típicos pasteles de nata, que en verdad son de crema. Dicen que los mejores los encontrarás en la confitería Manteigaria o en la Confeitaria do Bolhão, nosotros probamos los primeros y estaban muy ricos.

Rebuscando hay pequeñas joyitas curiosas, como una tienda dedicada solo a cepillos de todo tipo, un zapatero remendón con un cocodrilo disecado colgado del techo, una preciosa tienda de semillas y bulbos, otra dedicada a banderas del mundo,…

En mi cuaderno viajero llevaba anotado que las calles más ambientadas de la ciudad son; la muy comercial Rua Santa Catarina, la reformada Rua das Flores, la coqueta Rua de Dofeita, Rua Galerías de París, las alternativas Rua do Almada y Rua Miguel Bombarda donde encontrar galerías de arte y nuevos diseñadores… la larga Avenida de los Aliados…

Con tantas calles preciosas, repletas de balcones de hierros forjados, azulejos, piedras con historia… queda poco sitio para el arte callejero. Vimos un enorme gato dibujado en un estrecho callejón, y en algunas calles comerciales los contadores de agua o luz ponían alguna nota de color.

Porto no es una ciudad con mogollón de museos, pero hay algunos. La mayoría cierran los lunes. El preferido parece ser la Fundación Serralves que alberga el Museo de Arte Contemporáneo, y unos agradables jardines con vistas, esculturas y pavos reales. También está el Museo Nacional Soares dos Reis, el del tranvía, el Romántico, el dedicado a la prensa y artes gráficas, el del vino y el World of Discoveries Porto.

Nosotros nos quedamos con ganas de visitar el Centro Portugués de Fotografía, un pequeño museo alojado en una antigua cárcel. Lo encontramos cerrado. Una lástima porque nos interesaban sus históricas fotografías y sus vistas desde las alturas tras los carcelarios barrotes. Se encuentra junto a la Torre de los Clérigos, es gratuito, aquí podéis consultar horarios, agenda, exposiciones temporales…

También nos quedamos con ganas de conocer el vanguardista y poligonal edificio que alberga la Casa da Música. Se encuentra en el barrio de Boavista, cerca de la Plaza de Alburquerque. Aquí puedes consultar precios de las visitas guiadas, descuentos, agenda de conciertos…

Diría que Porto tampoco es una ciudad de muchos parques, pero tiene algunos coquetos, como los jardines de Cordoaria, de estilo romántico, con un pequeño estanque y viejunos árboles declarados de Interés Público. Los jardines preferidos son los de Serralves, y los del Palacio de Cristal que regalan unas vistas muy molonas de la ciudad y del atardecer.

Nosotros solo atravesamos un pedacito del céntrico jardín de Cordoaria, vimos las fachadas del cercano Palacio de Justicia, algunas universidades, el hospital San Antonio…

Creo que cualquier fecha es buena para visitar la ciudad, en verano podrás disfrutar de sus cercanas playas o coincidir con las fiestas locales, en otoño y primavera encontrarás más tranquilidad,… en Navidad la iluminación cambia, el ritmo… el ambiente…

La Plaza de la Libertad y la Avenida de los Aliados son el centro neurálgico de la ciudad y epicentro de las fiestas… Presidida por el Ayuntamiento, flanqueada por entidades bancarias con imponentes fachadas, por viejos locales reconvertidos…

En ellas se celebran las fiestas locales de San Juan y se despide el año… allí dijimos adiós al 2019. Rodeados de pantallas, puestos de comida ambulantes, barras de Mateus Rosé… un escenario, un poco de pirotecnia, algún espectáculo luminoso… y música más “feliz” que los fados con los que despedimos el 2015 en Lisboa ☺

Nos ha encantado Porto y punto ☺ sus históricos barrios con solera donde las cotidianas coladas forman parte del costumbrismo portugués, sus miles de azulejos, balcones y miradores,… la amabilidad y educación de los portuenses, reencontrarnos con la rica gastronomía lusa… sentir el avance del país en los últimos años… Nos hemos quedado con ganas de más, seguro que intentaremos volver algún día.

Hay un viejo refrán que dice que «Lisboa se divierte, Coímbra estudia, Braga reza y Oporto trabaja». La “rivalidad” entre Porto y Lisboa es tan vieja como histórica. Soy una enamorada de la capital y de su luz, pero Porto creo que me ha enamorado aún más que Lisboa. Quizás sea por sus pequeñas dimensiones, que hace que todo quede más concentrado,… creo que me resultó como una esencia, o como un pequeño frasco dourado de un exquisito perfume.

Si quieres leer más sobre el interesante y Patrimonial roadtrip que hicimos para llegar a Porto, haz clic aquí y te cuento de viajes ☺  Si quieres visitar la web oficial de Turismo de Porto, haz clic aquí.