Anulada por la Pura Vida y por el protagonismo turístico de su vecina Costa Rica, Panamá ofrece al viajero mucho más que Bocas del Toro y más que su famoso Canal…A orillas del Caribe y del Pacífico, esconde selvas, volcanes, bosques lluviosos y tropicales, raftings, trails, canopys, buceo, snorkel, surf, kite, kayaks, ballenas, tortugas marinas, montañas, observación de aves, islas, islotes, preciosas playas, corales, etnoturismo, baños termales, historia…y el archipiélago idílico de San Blas que te prometo que se grabará para siempre en tu memoria…Sin duda, un destino, al menos para nosotros, bastante completo y espectacular.
Quizás el reconocimiento, por parte de la UNESCO, de cinco de sus monumentos y espacios históricos-naturales anime a nuevos viajeros a descubrir un país increíble como es Panamá. Por si alguien tiene curiosidad comento que los enclaves incluidos son las fortificaciones caribeñas de Portobello y San Lorenzo, Conjunto arqueológico Panamá La Vieja y núcleo histórico de Ciudad de Panamá, Parque Nacional La Amistad-Reserva de la Cordillera de Talamanca, Parque Nacional Darién y el Parque Nacional Coiba y su reserva marina.
Viaje realizado en pareja del 22 Agosto a 12 de septiembre de 2012
PLANNING ITINERARIO-RUTA:
Día 1: Llegada a Ciudad de Panamá
Día 2: Ciudad de Panamá – Valle de Antón (128Km; 2 horas)
Día 3: Valle de Antón
Día 4: Valle de Antón – Las Lajas (262 km; 4h); Las Lajas–Boquete (122 km; 2h)
Día 5: Boquete
Día 6: Boquete
Día 7: Boquete-Almirante-Isla de Colón (173Km; 2h 45 + 1h 13 bote)
Día 8: Isla Colón-Isla de Bastimentos
Día 9: Isla de Bastimentos
Día 10: Isla de Bastimentos
Día 11: Bastimentos- Almirante-Las Tablas (480 km; 6h 43 min)
Día 12: Las Tablas-Las Minas (78 km ;1h 11 min (x Macaracas))–Pedasí
Día 13: Pedasí
Día 14: Pedasí – Isla Iguana
Día 15: Pedasí-Panamá city (326 km ; 4h 10 min)
Día 16: Ciudad de Panamá
Día 17: San Blas (Guna Yala)
Día 18: San Blas
Día 19: San Blas
Día 20: San Blas
Día 21: Ciudad de Panamá
Día 22: Regreso a Madrid por SJO
ALOJAMIENTOS:
Panamá tiene una oferta bastante amplia, quizás no tanto como Costa Rica, pero sí lo suficiente como para viajar en temporada baja como nosotros con apenas un par de reservas hechas desde casa. Creo que hay para todos los bolsillos, desde económicos hoteles, hostales, Bed and Breakfast, a ecolodges, o a resorts de precios más prohibitivos según qué tipo y según la zona.
TRANSPORTES:
Carreteras: Bien tirando a regumal. La Panamericana en según que tramos se llena de baches y era fácil ver decorativas llantas de todos los tamaños inundando la carretera. Pero el país está claro que avanza y prospera y en muchos lugares están trabajando en ello y es fácil encontrar algunos tramos en obras y carreteras recientemente asfaltadas. Cuando nosotros viajamos, por los numerosos baches, por si había crecidas, …y porque los precios eran coherentes, elegimos un pequeño 4×4. Sin duda Panamá es un país que se presta a recorrerlo a tu aire. Bien alquilando coche o usando los buses que conectan las principales ciudades, usando las van y microbuses, bote-taxis, tren e incluso vuelos internos.
DÍA 1: VUELOS Y LLEGADA a Panamá City
Nuestro viaje comienza con el vuelo desde Málaga a Madrid desde donde volaríamos a Ciudad de Panamá (Aeropuerto Intl. Tucumán) con escala en Nueva York (Newark). Volamos con Iberia, precios muy razonables, sin retrasos, sin pérdidas de maletas, sin incidencias, todo ok.
Normalmente solemos recoger el coche en el aeropuerto pero esta vez, por cuestiones de logística, llegábamos por la tarde, decidimos recogerlo al día siguiente en la ciudad. Necesitábamos cambiar algunos dólares a balboas y para ello utilizamos una oficina de cambio del mismo aeropuerto (1$ = 1 Balboa).
Tomamos un taxi. Desde el aeropuerto a la ciudad son apenas veinte kilómetros, en teoría se tarda unos 20-30 minutos al alojamiento, …peeero dependerá del tráfico, porque en hora punta éste puede ser realmente denso. Los primeros kilómetros transcurren entre suaves lomas y verdes paisajes, el taxista sigue su instinto y nos lleva por arterias que sabe que a esas horas estarán algo más despejadas.
En general el hombre era de los que habla poco y lo poco que hablaba lo hacía en sotto vocce por el móvil sincronizándose con su señora esposa para la cena…De lo poco que nos cuenta es el significado del nombre del país, que unos dicen que significa abundancia de peces, otros dicen que abundancia de peces y de mariposas….otros que viene del nombre de unas antiguas casas de pescadores o de un arte de pesca y otros que significa “más allá” y que era el nombre de un antiguo cacique, …parece ser que no se ponen muy de acuerdo con la etimología.
Cae la tarde cuando vemos a lo lejos el macro puente de las Américas, que conecta América del Norte con América del Sur, la ciudad del istmo aparece a lo lejos. Entramos por una de sus principales avenidas, un tráfico ruidoso y caótico nos rodea; gente que entra y sale de hoteles, vendedores ambulantes auténticos profesionales de los atascos, peatones, la salida del trabajo … Nos cruzamos con los primeros diablos rojos…o rojos a secas…o diablos…así es como llaman los locales a sus emblemáticos autobuses,…Son básicamente viejísimos y ruidosos buses de las escuelas de USA, ostentosamente tuneados y muy artísticamente grafiteados, que al parecer también se caracterizan porque viajan a grandes velocidades y no se detienen hasta estrellarse, estamparse o salirse una rueda jeje. Subirse a uno de ellos es casi sin duda más arriesgado que un rafting o un canopy, endiabladamente rápidos, contaminantes, escandalosos y estresantes. Puede constituir una aventura o aliciente en sí para los que les vayan estas emociones fuertes jeje, a mí me ponen pelín de los nervios. Pero aún así confieso que me da pena su extinción, nos cuenta el taxista que al siguiente año los retirarían de circulación pues se aumentaría la flota de los nuevos autobuses ya existente y se avanzarían en las obras del metro…sin duda menos simbólico o emblemático que los curiosos diablos…
Poco a poco avanzamos, vemos contrastes entre los barrios, el taxista callejea, enfila una empinada cuesta y desde su coronilla vemos el corazón de la moderna city, los rascacielos comenzaban a llenarse de vida, y las primeras luces hacían brillar más su aspecto colosal. Continuamos y un poco más adelante se encontraba nuestro alojamiento. Se trata de una casa casi pareada, un Bed & Breakfast, en una tranquila zona residencial conocida como los Altos del Dorado.
Al salir al exterior la cálida temperatura y el exceso de humedad nos recuerdan la latitud a la que estamos…un auténtico calor tropical nos da una bochornosa pero soportable bienvenida.
Al escuchar el taxi aparecieron los hospitalarios dueños del Mediterranean Dreams a recibirnos y a ayudarnos con las maletas, nos esperaban. Éste y el alojamiento de Bastimentos eran los únicos que llevábamos reservados desde casa, todos los demás los elegimos sobre el terreno. Para esos casos de improvisación llevamos un listado con nuestras preferencias, normalmente basadas en las opiniones del Tripadvisor y de Booking, que nos sirven de orientación.
Nuestros anfitriones eran una joven pareja formada por una hiperactiva madrileña y un hipoactivo venezolano que llevaban genial el negocio. Con ellos cenamos, charlamos, nos ubicamos, nos informaron, aconsejaron,…Decidimos establecer allí nuestra base para cuando fuéramos a San Blas, ellos nos ayudarían con las gestiones y podríamos dejar allí parte del equipaje para no tener que viajar con todo (sobre todo el tecnológico). Cansaditos, y con el último cabo suelto de la logística de San Blas casi atado, nos fuimos a dormir. Las coloridas habitaciones están muy limpias, todo muy ok, aunque el baño de algunas es pelín microscópico. Lo mejor del alojamiento los dueños, que te hacen sentir casi como en tu casa, la ubicación, limpieza y el pequeñito patio donde se desayuna.
DÍA 2: DE PANAMÁ CITY al VALLE DE ANTÓN
Después de haber pasado tres veces por el mismo alojamiento, puedo decir que la calidad del desayuno es inversamente proporcional a los niveles de aburrimiento, inspiración y creatividad de la hiperactiva madrileña. Lo mismo te hace unas psicodélicas cupcakes, que unos pancakes de colores fashion …por suerte también pone pan, cereales, frutas, zumos, café,…
Aquella primera mañana desayunamos en el agradable patio en compañía de un señor mayor español que venía de visitar Costa Rica y ahora visitaba Panamá buscando un lugar agradable donde retirarse. Nos contaba sus recientes vivencias con un seísmo en San José mientras miraba con cara de abierto asco las tortitas rosas, verdes y azules… y se sacaba de la manga una diminuta botella de aceite de oliva made in Spain.
Nosotros terminamos con el galáctico desayuno, y sin querer entretenernos mucho nos fuimos caminando a la cercana Avda. Ricardo J. Alfaro donde estaba la oficina de Dollar Rent a car. Con ellos habíamos alquilado desde casa un Suzuki Jimmy 4×4.
Todo el procedimiento fue ok peeeero a biorritmo panameño… que como imagináis se asemeja bastante a cualquier biorritmo caribeño, pacífico caribeño o afro caribeño. Es cierto que estábamos recién llegados y aún inadaptados pero es cierto que, al menos aquel día, fueron muy lentos.
Salimos de allí y unos metros más adelante hacemos nuestra primera parada en un supermercado de la macro cadena El Rey. Compramos un móvil con su tarjeta local, víveres, el repelente local, …Algunas fotos a los numerosos puestos de lotería diaria y a sus colas, a los limpiabotas, ….
Sin entretenernos demasiado volvemos al B&B para hacer el checkout, despedirnos y ponernos en marcha. Y con unas enormes ganas de verlo todo conectamos a Jenny (para quien no la conozca aún de otros diarios es la muchacha que vive en nuestro GPS) y por fin nos disponemos a cruzar la jungla de asfalto. Es de Perogrullo que una carretera llena de Diablos… es una carretera endiablada o una endiablada carretera …no vamos a discutir…. pero a priori impone, o directamente acojona. A Jenny le tiembla la voz, el pulso y el satélite… no puede fallarnos y tiene que sacarnos de allí por el camino más corto. Por suerte, la ubicación del alojamiento es genial para conectar con el corredor Norte y no tener apenas que callejear por la city. Salimos rápido del infierno…no es para tanto 😉
Un poco de verde, el aeropuerto internacional Marcos Gelabert y el gigantesco Albrook Mall donde decidimos hacer una segunda parada, habíamos olvidado unos zapatos básicos para el rafting y aprovecharíamos para tantear los precios de los objetivos de las cámaras, por aquello de que el dólar estaba a nuestro favor. A nosotros estos centros no nos apasionan…sencillamente no nos gustan…y no sabría decir si mola o no mola…Hay muchísimas tiendas, de marcas, de firmas, restaurantes, cafeterías…yo me mareo y los veo todos casi iguales, no se si es problema mío o de la globalización. Pero sí, hay de todo, incluso existe en Panamá un turismo de compras…por ejemplo son muchos los venezolanos, argentinos que compran aquí productos como tecnología o perfumes para uso propio o para revender en su país.
Pero nosotros salimos de allí todo lo rápido que pudimos. Abandonamos la sintética jungla de ocio y por la Av. Gaillard nuestra Jenny nos lleva hacia el Centro de visitantes de Miraflores desde donde veríamos el Canal. Rápido reaparece el verde exuberante, el tráfico fluye y nosotros con él. Y en algún momento indeterminado comienzan a aparecer descomunales calvas marrones en el verde, enormes movimientos de tierra, megacamiones y megamáquinas… y aquello de repente se convierte en un documental de Discovery Channel que se titula por ejemplo Megaconstruciones….o Construcciones a Cascoporro.
Tan faraónicas son las obras de ampliación del canal que existen miradores para poder observarlas…¿no hay jubilados que se entretienen viendo las obras del barrio?….pues aquí lo mismo pero muy a lo bestia, …abierto a abueletes, a curiosos, a arquitectos, a ingenieros y a guiris rasos… y cómo hay gente para todo, y para gusto colores…pues yo lo comento.
Pese a las obras del camino y alrededores se llega bien y se aparca fácil. Cerca del parking gratuito los viejos vagones de tren usado para la construcción del Canal, me recuerdan la estrecha relación y vínculo del istmo con el oro. Hasta aquí llegaban las mulas cargadas de oro desde el corazón de la selva americana a través del Camino de Cruces, hasta aquí llegaron después los trenes cargados de oro desde el lejano y febril oeste americano,… hasta aquí llegan hoy día barcos de todo el mundo para acortar camino cargados con mercancías algunas incluso más valiosas que el oro. Sin duda, la estratégica y privilegiada geografía del país ha jugado, juega y jugará un destacado papel en el pasado, en el presente y en el futuro de Panamá.
El lugar, es tan estratégico que para acceder al centro de visitantes de Miraflores hay que atravesar un arco de seguridad y scanner. Para mi fue inevitable acordarme de “Panamá Panamá”, la novela de Vázquez Figueroa que he usado con cariño como título del diario, en la que se planea un atentado para demoler el Canal. No me pareció desproporcionada la medida de seguridad, la estrategia es lo que tiene, su importancia, además de comercial, es también militar… quien domine el canal en una guerra sin duda jugará con ventaja.
Durante muchos años el Canal estuvo en manos norteamericanas y quizás de aquellas, a veces tensas, relaciones se destila una esencia que diferencia a Panamá de Costa Rica, siendo actualmente mucho más gringa la segunda que la primera. Hoy, y desde 1999, la gestión del Canal es cien por cien panameña, y las mastodónticas y complicadas obras de su ampliación, españolas. El peaje medio de este súper atajo es de unos cincuenta y cuatro mil dólares y el peaje más barato fue menos de medio dólar que pagó un nadador por cruzarlo a finales de los años veinte.
Creo recordar que se recomienda visitar el Canal por la mañana porque por la tarde el tráfico es menor y quizás es más difícil coincidir con la maniobra de paso. Abre todos los días, incluidos festivos, de 9:00 a 16:30. El precio actual de la entrada según la web 15 Balboas (15$). Incluye la visita al museo, a las terrazas-miradores, al simulador del Canal y al teatro 3D. Hay también algún restaurante con vistas, del que no puedo hablar porque no lo visitamos, y una tienda.
Recuerdo que el museo nos resultó bastante interesante, expone una completa información que abarca desde los orígenes de su faraónica construcción plagada de dificultades, calamidades y de imprevistos como terremotos, epidemias de fiebre amarilla … a antiguas y muy curiosas fotografías, materiales…, algo de geología, incluso alguna pequeña muestra biológica de la fauna de los alrededores…
Por megafonía comunican a los visitantes cuando llega un barco para poder observar la compleja y delicada maniobra desde algunos de los miradores. La voz enlatada describe las características del barco en cuestión, y allí, desde una de las concurridas terrazas vimos pasar a un barco noruego. Las enormes dimensiones requieren de precisión, los poderosos vagones o mulas entran en acción, las esclusas se abren o se cierran para vaciar o llenar el canal con el agua del lago y poder así salvarse la diferencia de nivel/altura existente entre la cuenca atlántica y la pacífica.
Desde allí con unos prismáticos se pueden observar también las lejanas esclusas de Pedro Miguel, contar la cola de los muchísimos barcos que esperan su turno dispersos a ambos lados del canal y mirar a los ojos a los numerosos pelícanos.
Visitar o no el canal dependerá de tus gustos… A nosotros nos resultaba una obra de ingeniería interesante que incluimos desde el principio y mereció la pena, nos resultó impresionante el infundio ingenieril en sí y muy didáctico si se visita el museo.
Nos ponemos en marcha y le pedimos a Jenny que nos lleve a nuestro primer destino, El Valle de Antón. Nos hace retomar la Panamericana y enlazar con la ruta 71 de Las Uvas justo antes de llegar a La Unión y al río Corona. Encontramos en el primer tramo y encontramos más tráfico del esperado, numerosos buses, camiones, camionetas, pick ups cargadas y recargadas,… el río nos acompaña. Comenzamos a subir una bonita carretera de montaña, atravesamos diminutas aldeas, alguna tienda con originales muebles y artesanía en madera,…y desembocamos en el tranquilo valle.
El Valle de Antón, o el lugar de la India dormida, es una pequeña villa campestre y turística que esconde algunos encantos y secretos. El pueblo, de unos casi ocho mil habitantes, tiene la peculiaridad de estar ubicado en el cráter o caldera de un volcán, es uno de los pocos cráteres habitado del mundo, y en la zona existen varios pozos termales volcánicos, una gran cantidad de colinas y rocas volcánicas.
Al parecer, la suavidad de sus temperaturas, la tranquilidad, la seguridad, la paz que desprende la zona, la buena y sencilla calidad de vida… atrae cada vez más a jubilados de todas las nacionalidades que buscan aquí su retiro. Por sus cuatro calles los ociosos abuelos, los tranquilos nativos y los guiris vacacionales se mezclan formando un relajadísimo crisol… y cuando se entra en el valle la vida se desacelera. El verde lo rodea y alfombra todo, …la india abraza al poblado cráter.
Lo primero que hicimos fue decidir el alojamiento donde pasaríamos nuestras dos noches, y como no queríamos perder tiempo elegimos rápido el económico, básico pero correcto Hotel Don Pepe. Está ubicado en la calle principal del pueblo, cerca del pequeño mercado y frente al horterísimo hotel Pekín… desentonaba mogollón y a día de hoy aún no le encuentro ningún fundamento a esa construcción tan espantosa en un valle tan idílico…Se ve que la diáspora oriental no tiene fin…es una auténtica biodispersión geográfica … los chinos cualquier día nos invaden…si no lo han hecho ya.
Hicimos un rápido checking y nos fuimos a pasear por la calle principal que atraviesa el pueblo-cráter-calle. Nos ubicamos, localizamos donde realizaríamos al día siguiente las actividades, hicimos fotos, paseamos por el pequeño mercado donde frutas y verduras se mezclaban con puestos de artesanías locales. Aquí vi por primera vez las molas.
La mola es un arte textil elaborado por las indígenas Kuna de Panamá (y Colombia). Tiene una elaboración lenta y compleja que consiste en ir superponiendo capas de tela cosidas entre sí y usarla como lienzo para reproducir en ellas, a base de puntadas y coloridas telas en relieve, metafóricos laberintos, fauna, flora, figuras geométricas, … La mola forma parte de su vestimenta, de hecho significa ropa, y habla de sus tradiciones, simbología, naturaleza, cultura. Como suvenir es original, único y contribuye a dar empleo a las mujeres locales. Y como todo, hay distintas calidades, cuantas más capas de telas más laboriosos son y más caros.
La proximidad al ecuador hace que la tarde, mas que caer, se desplome y rápido llega la oscuridad al valle. Con esa sincronía que solo consigue la naturaleza comenzamos a escuchar un extraño sonido que jamás en la vida habíamos escuchado. Era un estrafalario concierto multitudinario, sin duda de origen animal, era tan galáctico que tardamos en identificarlo… Era una sinfonía de atípicas ranas con un curioso sonido eléctrico, sintético y divertido. Aquellos locos sonidos y ecos a lo largo de todo el valle hacían sonar al pueblo como una gigantesca máquina de marcianitos de atari.
Intentamos buscar a las electroranas, pero no llevábamos encima la linterna-frontal y no hubo suerte. Sabíamos que entre los habitantes más famosos del valle está la rana dorada, una especie de extraño color y muy curioso comportamiento, pero es tal su peligro de extinción…que sin duda, ella no era la multitudinaria especie que croaba.
Sin conocer a la ranamarciana nos fuimos a cenar al alojamiento. Lo mejor del Don Pepe es su terraza-azotea repleta de coloridas hamacas, bancos, sillones, mecedoras, mesas y una nevera a disposición de los clientes. Después del picnic y de descargar las primeras fotos, cansaditos nos fuimos a dormir acunados con aquella surrealista electroNana.
DÍA 3: EL VALLE
Comenzamos el día tempranito desayunando en la misma agradable terraza del hotel… pero ahora con bonitas vistas a las primeras luces y a la fotogénica niebla enredada en los árboles de las faldas de la india.
Poco a poco el pueblo se despierta, la gasolinera abre, gente que viene y que va, niños caminando que van a los coles, la calle es ruidosa puntualmente debido a la alta velocidad con la que es cruzada por pickups, coches, camiones, …pero en ella predomina el silencio salpicado de bicicletas…En ella pasa la vida y nosotros la vemos pasar mientras acabamos nuestro desayuno, hacemos algunas fotos desde nuestra atalaya… y nos ponemos en marcha.
Hoy queríamos hacer a primera hora un canopy. Como el día anterior dimos el paseo por el diminuto pueblo estábamos ubicados y encontramos pronto el lugar señalizado al final de la calle principal, a la derecha. El chiringuito base de la actividad te recuerda que Panamá es la hermana pequeña o adolescente de Costa Rica…está aún desarrollándose, y sus infraestructuras, mantenimiento de senderos, señalizaciones, nº de guías locales, centros de visitantes…son más escasos, rústicos, básicos que en su vecina Tica hermana casi siamesa…
Aún así tu casco, tus guantes, tu arnés comprobado, tu guía, las nociones básicas del artefacto y de seguridad… todo lo básico; te lo dan.
No recuerdo que fuera especialmente caro, sí recuerdo que me gustó mucho y que me supo a poco, …quizás para mi gusto eran pocas tiro líneas y se me pasó demasiado rápido. Pero mola. En una de ellas, la más larga y creo que última, te frenan y te dejan suspendido entre-sobre el verde dosel y con unas inolvidables vistas a la cascada de El Macho…las gotas de agua juegan con el sol a hacer arcoíris,… por un instante el tiempo se detiene, y te quieres quedar ahí colgada buena parte de la mañana en ese rincón tan Jurásico. Como íbamos solos, el guía atendió a mi súplica de prórroga para quedarme allí más tiempo suspendida…yo me hipnoticé con la cascada para no olvidarla…y al maridito le tocó inmortalizarla en foto.
Cuando aterrizamos nos quedamos por la zona haciendo un pequeño trail del que recuerdo el verde húmedo, el ambiente fluorescente lleno de sombras y tempranas luces que hacían muy difícil tomar fotografías decentes…la cascada ahora vista desde abajo, el agua corriendo por todas partes, a veces bajo rustic-puentes, otras veces bajo simples maderas, otras entre y sobre las piedras,…helechos gigantes, lianas, …fue un paseo muy agradable por el Jurásico. Fauna… escuchamos más que vimos…de allí solo me traje mi deseado reencuentro con mi querida mariposa Morpho y algunas aves.
Como teníamos ganas de más trails nos fuimos a buscar La Pintada. Por el camino atravesamos una zona de sencillas y cuidadas casas, decoradas con flores,…alguna escuela, alguna cancha …vimos algunas aves, probamos suerte con las fotos…aparcamos y comenzamos el trail.
Nuestro desconocimiento en estos arqueoasuntos nos hace que valoremos más la parte geo-biológica que la geo-etnográfica pero es obligado comentar que en el inicio, y durante el sendero, existen piedras donde los nativos precolombinos grabaron petroglifos. Bajorrelieves con forma de espirales, círculos, rectas,…cuyo significado exacto aún no se ha descifrado. Se sospecha que algunos pueden ser hitos y formar parte de un mapa de la zona, otros se consideran calendarios de lluvias, otros le dan un punto más espiritual…y como hay gente para todo hay quien le da un origen saturnino o marciano.
Cuando llegas al inicio del sendero, una docena de niños aparecerán de las calles cercanas ofreciéndose como intérprete de los primeros petroglifos que se encuentran allí mismo en la entrada. Por muy pocos balboas te cuentan la historia que narra los bajorrelieves, y supongo que quizás por unos cuantos balboas más, no lo sé, se ofrezcan para hacer de guía por todo el sendero.
Podríamos decir que una primera parte es un agradable paseo, de nuevo entre el verde Jurásico, varias cascadas y saltos de agua, algunas piedras salpicadas con petroglifos …Agradable, fácil y sencillo pese a ser escasa-insignificante o nula la señalización del sendero por aquel entonces.
A medida que avanzamos sí se complica un poco más, tiene una subida que si ha habido lluvias recientes (lo cual es frecuente) puede estar resbaladiza debido al barro y puntualmente te ves obligado a cabrear por las pequeñas rocas, coger pequeñas tangentes, usar piedras de apoyo o un palo…
El sendero es en verdad una vía de comunicación, una especie de calle peatonal que comunica las altas casas de la zona con el Valle. No había mucho trasiego pero nos cruzamos con una mujer y una pequeña niña que bajaban juntas con el modo Heidi ON como si aquello ni resbalara ni estuviera pendiente ni nada de nada,…
También bajaba un señor de edad incalculable cargado con su cesto de leña que pese a su consumido aspecto y al peso de su carga también llevaba el modo Heidi ON activado, …Y vimos un turista solitario, también de edad incalculable…que ése, el pobre, directamente estaba OFF. Como una alcayata el guiri-anciano jadeaba en lo más llano, apoyándose en las piedras que en ese tramo servían de suave escalera…rojo hasta decir basta, nos miró sonriente cuando le ofrecimos preocupados nuestra ayuda y con un guirijadeo nos dijo que estaba estupendísimamente… costaba trabajo entenderle y creerle…pero si el hombre lo decía, e insistía…
Seguimos subiendo hasta que el barro y la pendiente nos desanimaron a seguir, pero hubiera estado interesante asomarse a ver como se vivía en la parte alta del valle, aquel incomunicado rincón seguro que hubiera merecido una visita. Pero retrocedimos sobre nuestros resbaladizos pasos, con cuidado, no vale torcerse ningún tobillo ni nada parecido, que estamos pelín inaccesibles y es el comienzo de las vacaciones…Precauciones las normales, sentido común, tampoco hay que ser un capitán Quechua y llegar siempre a lo más alto. Disfrutamos del mundo en verde, y de repente la selva se cuasi asfalta, un sendero discurre entre frescas coladas colgadas, casitas coloreadas, un enorme Diablo aparcado rodeado de helechos y bromelias,…los niños se bajan del Diablo escolar y nosotros desembocamos en un kiosquito, donde sentados en su poyete nos tomamos una de esas coca colas frías en botella XL de cristal que se recuerdan casi para toda la vida.
Después de los matutinos trails y de comer nuestro picnic pasamos por el Don Pepe a cambiarnos de ropa, porque la primera parte de la tarde la dedicaríamos a untarnos con barro y flotar en las aguas termales del rústico y encantador “balneario”. Es un lugar muy sencillo pero acogedor, y guardamos muy buenos recuerdos de flotar a 38º bajo el dosel verde jurásico fosforito. Un par de sencillas piscinas cuasi albercas, un bonito jardín, un juego de acústica para lo niños, taquillas, duchas, …En la entrada te venden un tarrito de barro y costaba todo menos de cinco dólares por persona. Se encuentra al final de la calle de Los Millonarios, es su nombre oficial y supongo que es debido a los casoplones de los guris jubilados que salpican la bonita zona. No había apenas nadie, y allí disfrutamos mucho de la tranquilidad del valle elevada ya a su máxima potencia.
Remineralizados nos quedamos el resto de la tarde paseando por el pueblo, acoplados totalmente a su tranquilo ritmo y haciendo algunas fotos. Niños jugando, bicicletas, el devenir de la vida…y el chaparrón del siglo. Una manta de agua nos hace refugiarnos de nuevo en el pequeño mercado. Y tan de repente como comenzó el diluvio, terminó.
Buscábamos un bar local para cenar pero acabamos eligiendo un steak house por tener un ambiente más animado. Cuando terminamos la carnívora cena, rebuscamos de nuevo las electroranas …y de nuevo sin suerte al cometer el mismo fallo de no llevar el frontal. Para acabar el día, volvimos a las cómodas hamacas de la terraza del hotel.
DÍA 4: Del VALLE a BOQUETE
Nos levantamos tempranito y nos ponemos en marcha tras desayunar en nuestra atalaya con vistas a las faldas verdes de la India, al Monumento Nacional Cerro Gaital, al cerro Pajita y al Caracoral. Hoy abandonábamos la provincia de Coclé y pasaríamos la noche en Boquete, que pertenece a la provincia de Chiriquí.
Nos despedimos del tranquilo Valle. La zona ofrece otras pequeñas actividades como visitar el pequeño centro de El Níspero que contiene un ranario donde ver la rana dorada, serpentario, un jardín botánico con orquídeas…pero tiene una parte zoo que no me mola y descartamos la visita. O puedes echar un vistazo al trail de los árboles cuadrados, un extraño fenómeno que ocurre en algunos álamos que crecen en el cráter. No es una ilusión óptica pues sus anillos de crecimiento son también cuadrados y por lo visto andan investigando que ocurre con ellos pues cuando son plantados lejos del valle su crecimiento es normal…y no me preguntéis si las raíces son cuadradas 😉
Conectamos a Jenny que nos recuerda que tenemos por delante 380 Km. Hacemos una última parada en una sencilla iglesia para disfrutar de las últimas panorámicas y comenzamos el descenso por una carretera de montaña bastante tranquila, ok y decente. Hasta desembocar en la Panamericana en todo su esplendor, los carriles se ensanchan, algo más de tráfico, a ratos largas rectas, de nuevo los viejos megacamiones americanos, puentes de acero…
Atravesamos pueblos, pueblitos, pedanías y aldeas, Natá, Santiago, San Lorenzo, Chiriquí, David, …y con tanta zona de travesías… pues nos cazó un radar con un ligero exceso de velocidad según nos informó el policía que esperaba a los infractores en la recta. Siempre hay una primera vez para estas cosas …y siguiendo el consejo o las recomendaciones de nuestros anfitriones de la primera noche en la city, le dimos 20$ para solucionar el asunto y chimpúm. Uno se queda con una sensación extraña tirando a desagradable, es un cabreo con uno mismo por contribuir de alguna forma a fomentar esta fácil corrupción con la que completar los escasos sueldos, ….pero bueno era cierto que íbamos pelín más rápido y acabamos aceptamos pulpo como animal de compañía.
Nuestra siguiente parada fue en el desvío hacia el pueblo de La Mesa perteneciente a la provincia de Veraguas. Con imprevistos incluidos llevábamos unas tres horas y paramos a estirar las piernas y a tomar algo fresco en aquel destartalado lugar, un cruce de caminos casi en mitad de la nada. Un par de chiringos donde esperar o avituallarse y que a esas horas aún preparaban las brasas… y un cartel con un Jesucristo superstar de tamaño considerable…es fácil encontrarse a Jesucristos pintados sobre flamantes Diablos, o sobre camiones, pegatinas,…pasa en muchos lugares de Centroamérica…es evidente que los misioneros trabajaron demasiado bien en toda América eliminando todas sus creencias e instaurando a golpe de palos el cristianismo…en fin, paradojas de las religiones y efectos colaterales de los descubrimientos y las conquistas.
Retomamos la marcha después de la breve parada. Las rectas comienzan a desaparecer y aparecen curvas, vuelve el verde. La carretera está salpicada cada dos por tres de numerosísimas y enormes llantas, muchas de camiones que se dejan las ruedas en los grandes baches,…no apetece pinchar así que prestamos atención al paisaje pero también a los socavones. Junto a la carretera surgen algunos tenderetes de los que cuelgan coloridas ropas locales y vemos nuestros primeros Ngöbe Buglé… piel oscura, nariz achatada, labios gruesos y pelo lacio…
Ellos con atuendos actuales, ellas con sus bolsitos característicos (chácaras) y coloridos vestidos tradicionales con bordados en el pecho-cuello-hombros y en los filos de las enaguas… el camino se salpica de naranjas, rojos, rosas, verdes y amarillos…
Jenny nos hace desviarnos en San Félix para llevarnos a la playa de Las Lajas. Queríamos asomarnos a ver el Pacífico y comer allí. Atravesamos la calle del pequeño poblado, aparcamos junto a las palmeras de la solitaria playa y nos sentamos a comernos nuestro picnic con unas espectaculares vistas diáfanas, ningún islote, ningún barco, nada, solo la larga playa y la amplia marea baja tan característica del Pacífico donde se reflejaban las nubes, el sol, las palmeras y los pelícanos. Disfrutamos un rato de la playa y nos pusimos en marcha.
Poco antes de llegar a David, reaparece el mucho verde que en tantas ocasiones nos recordaba a las verdes carreteras de Costa Rica, se vislumbraban elevados cortados de los que caían inmensas cascadas…, luego subimos por Dolega rumbo a Barú donde pasamos por un tramo de importantes obras.
Paramos en un centro de información o similar que está antes de bajar al literal boquete donde se encuentra el pueblo de Boquete. Había miradores que hacen suponer que las vistas deben molar pero nosotros nos encontramos nubes encajadas, que como una densa niebla lo cubría casi todo… y nos mojaba.
Volvimos al coche y a ponernos en marcha, y tras un último tramo en obras llegamos al coqueto pueblo; enclavado en un valle, atravesado por el río Caldera, rodeado de las altas montañas de la cordillera Central, de bosque tropical montañoso y con vistas al volcán Barú…idílico.
Debido a lo inaccesible y abrupto de la zona, fue aquí donde los Ngöbe se refugiaron durante la conquista española. Por sus calles vemos muchas que esperan el autobús, o caminan, compran, …conversan… y con el monocolor luminoso de sus sencillos vestidos llenan de alegría la tarde gris que nos recibe.
Jenny calcula que hemos tardado unas cinco horas, con multa, paraditas y picnic, …queda poco para que se desplome el día y como no tenemos alojamiento, nuestra prioridad es ubicarnos.
Probamos suerte en un primer hostal donde nos recibió una anciana que nos cuenta su vida de soprano antes de enseñarnos unas umbrías habitaciones donde era muy fácil que creciera un helecho o incluso un nenúfar o un loto. Era caro y no nos interesó. La soprano se despidió de mí con sonoros besos como si fuera mi tía Antonia y regresamos al coche a consultar nuestra lista. Probamos en un coqueto B&B junto al río pero lo que le quedaba era demasiado caro…y por fin a la tercera fue la vencida; nos quedamos en el Hostal Refugio del río, varias casitas convertidas en habitaciones, con un agradable jardín atravesado por un arroyo muy zen, salón y cocina comunitaria, hamacas,…y un precio muy ok.
Aprovechamos el momento del checking para que nos informaran sobre como reservar el rafting que queríamos hacer en el río Chiriquí. La agradable recepcionista nos ayudó con la gestión y nos lo reservó por teléfono. Nos cuenta que también se puede hacer canopy, montar a caballo, kayaks, dar un paseo por el pequeño jardín botánico… hacer una visita-cata a las fincas- cafetales …nos habla de lo bonita que es la feria de las flores y el café que se celebra en las primeras semanas de enero…y de cómo Boquete vive de los ecoturistas y jubilados adinerados. Nos confirma que Panamá ocupa el cuarto puesto en la lista de la revista no se qué como destino top ten para jubilarse.
Tras ubicarnos fuimos a buscar un lugar para cenar, y en el Big Duddy´s probamos el rico taco de pescado. Había sido un día que planteamos como transición o camino y algo cansaditos nos fuimos a dormir.
Muy buen post,
gracias por compartir
saludos
Nicolás
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Muchas gracias Nicolás 🙂 me alegra que te haya gustado 🙂 Un saludo!
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